«Me lo podrías haber pedido», un comic sobre la desigualdad de género

«Me lo podrías haber pedido» es el nombre con el que la ingeniera informática francesa Emma Clit eligió titular un comic en el que ilustra situaciones que las mujeres viven al interior de sus hogares todos los días


Autor: Ciudadano

«Me lo podrías haber pedido» es el nombre con el que la ingeniera informática francesa Emma Clit eligió titular un comic en el que ilustra situaciones que las mujeres viven al interior de sus hogares todos los días. 

En el comic, la feminista que disfruta de ilustrar en su tiempo libre, se centra en algo que muchas mujeres han olvidado por la fuerza de la costumbre: la «carga mental» de coordinar (y hacer) todas las tareas del hogar.

No es necesario que la mujer solo se ocupe del hogar y los niños para que pensemos en las desigualdades de género puertas adentro. A lo largo del día, las mujeres tienen en su mente la preocupación de hacer, además de sus trabajos e incluso durante ellos, tareas que tienen que ver con la crianza y/o el hogar. Por ejemplo, algo tan simple y cotidiano como pensar qué comer.

Según el comic de Emma, los hombres frente a este rol coordinador de las tareas de la mujer solo se encargan de esperar que venga hacia ellos el pedido; y si éste es en forma de reclamo, la responsabilidad será devuelta: «Me lo hubieras pedido».

Para nada queremos decir con esto que sea «culpa» de los hombres, ya que históricamente estas relaciones se han forjado culturalmente así, y aunque la mujer haya ganado terreno en el mundo laboral, las tareas domésticas siguen siendo hechas por ellas; muchas veces, en su tiempo libre. Posiblemente ese hombre haya crecido con un modelo parental similar, y su madre haya sido quieren resolvía y coordinaba las tareas de hogar.

Aunque no se considere como tal, éste es un empleo: toma tiempo, requiere una planificación y de la energía física y mental de quien lo realiza. Sin embargo, se encuentra invisibilizado. La costumbre lo ha vuelto «natural» e incluso las mujeres, en muchos casos, tampoco se lo cuestionan.

Para Emma, esta «carga mental» que ocupa la mente de las mujeres durante todo el día, responde a los «micromachismos» que se ejercen sin siquiera darnos cuenta. Así, como ejemplo, en el comic nos podemos encontrar con leyendas como ésta:

«Cuando un hombre espera que sea su pareja la que le pida que haga determinadas cosas, la está viendo como la coordinadora de las tareas del hogar. Y es por este motivo que se sobreentiende que es ella la que debe saber qué es necesario hacer y cuándo debe hacerse»

¿Qué podemos hacer al respecto? 

Entender que la responsabilidad por las tareas del hogar es de mujeres y hombres por igual. No se trata de «ayudar» o «pedir ayuda», se trata de compartir también el sentido de esa responsabilidad.
Compartir las tareas corrientes.
En el caso de las mujeres, no sentir culpa (o tomar consciencia cuando lo hacemos) de dejar cosas sin hacer.
En el caso de las mujeres, no asumir la responsabilidad sin darle espacio al otro también a asumir la suya.

Algunos datos 

De acuerdo un Informe de Oxfam:

  • La brecha salarial de género a nivel mundial es del 23%6 y hay 700 millones menos de mujeres que de hombres en empleos remunerados.
  • Al ritmo actual, harán falta 170 años para que hombres y mujeres alcancen el mismo índice de ocupación, reciban la misma remuneración por el mismo trabajo y tengan igual acceso a los puestos directivos.
  • Una investigación realizada en 67 países en desarrollo ha revelado que, en promedio, uno de cada cinco hombres no cree que las mujeres deban trabajar fuera de casa, aunque estén cualificadas para hacerlo.
  • Un total de 155 países tienen en vigor al menos una ley en virtud de la cual las mujeres tienen menos derechos económicos que los hombres.
  • En el mundo, las mujeres absorben entre dos y diez veces más trabajo de cuidados no remunerado que los hombres.

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