Costa Rica trabaja en rehabilitar los manglares, un ecosistema altamente amenazado en el mundo, por medio de una gestión integral sostenible y en armonía con el bienestar humano de las comunidades cercanas, informó hoy una fuente oficial.
En el marco del Día Internacional para la Defensa del Ecosistema Manglar, que se celebró este miércoles, las autoridades nacionales destacaron la importancia de su conservación con el fin de contribuir al desarrollo.
En entrevista con Efe el viceministro de Aguas, Mares, Costas y Humedales, Fernando Mora, destacó que el objetivo es que el ecosistema logre una sostenibilidad y se desarrolle como un bosque sano.
«Buscamos visibilizar la importancia de los manglares y humedales en general para el beneficio de la población y la salud ecológica del país. Queremos lograr una gestión integral de esos ecosistemas que nos permita garantizar la armonía de los manglares con las dinámicas o actividad ecológicas que se desarrollan a la par», afirmó Mora.
Los manglares brindan biodiversidad, suministro de agua dulce, alimentos, filtración de sedimentos y reforestación, hasta el control de crecidas, recarga de aguas subterráneas, mitigación del cambio climático, y actividades como el ecoturismo y avistamiento de aves.
Sin embargo, es el ecosistema menos valorado por la población al ser catalogado popularmente como un sitio con mal olor, lleno de barro y basura, y por ser un criadero de mosquitos y zancudos.
En Costa Rica existen muchas zonas de manglar en el Pacífico y Caribe, y aunque no se tiene una cifra exacta se estima que hay cerca de 35.000 hectáreas en todo el país.
Un 50% de ellas se encuentran en el Humedal Nacional Térraba-Sierpe, el más grande e importante del país.
El director de la Fundación Neotrópica, Bernardo Aguilar, organización dedicada a promover el aprovechamiento responsable y la conservación de los recursos, indicó a Efe que la restauración de los manglares permitiría una mayor reproducción de especies y se lograrían beneficios en la mitigación del cambio climático.
«Los manglares han tenido un problema de relaciones públicas porque siempre se ha percibido, por sus características, como un lugar donde se va a vivir gente muy pobre, lleno de barro y mosquitos, pero se nos olvida que nos brindan un servicio ecosistémico vital, que nos da peces, moluscos, cangrejos y muchos otros», manifestó Aguilar.
El Gobierno del presidente Luis Guillermo Solís creó el Plan Nacional de Humedales (2017-2030), que incluye a los manglares y en el cual se enfoca en la gestión de la conservación, la participación inclusiva de las comunidades locales, adaptación climática y el fortalecimiento institucional.
Entre los principales retos señalados por el viceministro Mora destacan una mejora en la regulación de usos dentro del manglar como la extracción de moluscos, así como en temas de educación ambiental o investigación y otros usos que se dan de forma ilegal.
Además, de otros que tienen un impacto mayor y que anteriormente se le ha dado poco control como la invasión para la producción de caña, sal, palma, camarón y piña, acciones que han dañado el ecosistema.
El manglar capta hasta cinco veces más dióxido de carbono que un bosque tropical, el 90 % se encuentran en propiedad pública y cientos de personas en alta vulnerabilidad socio-ambiental dependen de sus servicios para sobrevivir.