Para entender en qué estado está la población de tortugas, y qué hacer para ayudar a su conservación (recordemos que las tortugas son una de las especies más amenazadas por la extinción) se deben recolectar los datos específicos del número de machos y hembras que quedan por especie. El problema, es que los machos, si no están excitados, esconden sus penes dentro de su cuerpo. Eso vuelve imposible distinguir el sexo de las tortugas. La técnica usual para determinar el género es cortar sus genitales y comprobar si es macho o hembra. Un procedimiento brutal, invasivo y peligroso, que las expone a infecciones que de hecho, podían matarlas.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Australia inventó una forma bastante novedosa para sexar a las tortugas: comenzaron a utilizar vibradores o dildos para estimularlas y hacer que muestren a qué género pertenecen. El método es todo un éxito y los científicos dicen que tardan 10 segundos en saber a qué sexo pertenece la tortuga. El macho tiene una erección que lo delata. Las tortugas no lo pasan mal mientras estos científicos luchan por salvarlas de la extinción. Esas sí que son buenas vibras.
Mira el video explicativo a continuación: