A diferencia del resto del planeta, Nueva Zelanda fue uno de los últimos territorios que fueron poblados por humanos.
Tal vez el distanciamiento con el resto del planeta excepto Australia y otras pequeñas islas hace que el país mantenga tradiciones antiguas que son respetadas por el mundo contemporáneo que existe en ciudades como Auckland o Wellington.
Es así como los maoríes, la tribu predominante de Nueva Zelanda, ha podido preservar sus tradiciones e incluso lugares sagrados, entre los que se encuentra el Lago Rotomairewhenua, mejor conocido como el Lago Azul, cuya agua es la más cristalina del mundo.
Éste pequeño lago en el Parque Nacional Lakes Nelson es un destino que muchos querrían visitar y en efecto, pueden contemplar en todo su esplendor, solamente que tienen estrictamente prohibido tocar el agua que tiene una visibilidad de hasta 80 metros de distancia, equiparándose con la claridad que tiene el agua destilada.
Sólo los maoríes y los científicos acreditados tienen permitido entrar, los últimos solamente para realizar diversos estudios en estas aguas, que son el sueño de cualquier viajero amante de las playas más bellas del mundo, pues ninguna se compara con la del lago.
Aunque el lago pasó a ser parte de la corona inglesa por mucho tiempo, en 2010 fue devuelta a la tribu para preservar sus tradiciones, sobre todo la de limpiar huesos y liberar los espíritus de los muertos para que comenzaran su viaje a Hawaiki, el destino de los difuntos maoríes.
A pesar de ser considerado el cuerpo de agua más claro por el ser humano, no se descarta que pueda existir uno aún más claro, y eso da la posibilidad de que si no se encuentra en un sitio sagrado y sus compuestos son adecuados para la gente, tal vez existe la posibilidad de sumergirse en agua aún más clara que la del lago azul.