La denuncia por corrupción contra Michel Temer presentada por el fiscal general, Rodrigo Janot, está ahora en la Cámara de Diputados. Si en la votación plenaria, que se realizará el 2 de agosto, es aprobada por dos tercios (342 de los 513), y la Corte Suprema de Justicia ratifica la denuncia, Temer será suspendido por los 180 días que dure el juicio en el Tribunal Supremo y el jefe de la Cámara baja, Rodrigo Maia, asumirá la presidencia. Si la Corte condena a Temer, éste será destituido y el Congreso elegirá al encargado de finalizar el mandato iniciado por Dilma Rousseff en 2015.
Es en este contexto que la Cámara de Diputados brasileña, tras la pausa legislativa de julio, reiniciará actividades el martes con la responsabilidad de decidir si autoriza a la Corte Suprema a instaurar un juicio penal contra Temer.
La legislatura será retomada el martes con la lectura en el pleno de la Cámara Baja del informe en el que el diputado instructor del caso recomienda que se rechace la demanda penal contra el jefe de Estado, y para el miércoles está prevista la decisiva votación, aunque la oposición amenaza con dejar sin quórum la sesión.
Temer, que asumió la Presidencia en mayo del año pasado tras la destitución de Dilma Rousseff, de quien era vicepresidente, se convirtió en el primer jefe de Estado de Brasil en ser denunciado penalmente en pleno ejercicio de su mandato.
La denuncia por corrupción pasiva fue presentada por la Fiscalía en junio y se fundamenta en los testimonios prestados a la Justicia por directivos del grupo cárnico JBS, que confesaron que le pagaron sobornos a Temer desde 2010 a cambio de favores políticos y que lo siguieron haciendo incluso cuando ya ejercía la Presidencia.
Por imperativos constitucionales, la Corte Suprema solo puede iniciar el juicio en caso de que el plenario de la Cámara Baja lo autorice por mayoría de dos tercios de sus miembros, es decir por los votos de al menos 342 de los 513 diputados de Brasil. Sin embargo, Temer ya consiguió una importante victoria cuando la Comisión de Constitución y Justicia de la Cámara de Diputados, por una muy amplia mayoría, recomendó que el proceso sea archivado.
En caso de que Temer, que al asumir el mandato contaba con respaldo mayoritario en el Congreso, no consiga el apoyo de 172 diputados para archivar la denuncia, el caso pasará a la Corte Suprema, que decidirá si abre o no un juicio contra el presidente. Si la máxima corte acepta la denuncia de la Fiscalía, Temer sería suspendido de sus funciones durante los 180 días que duraría el proceso y su vacante sería cubierta por el jefe de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia.
Pero Temer no permaneció quieto durante las dos semanas del receso parlamentario y protagonizó una intensa campaña de cabildeo para sumar votos en la Cámara de Diputados y evitar que el caso siquiera llegue a la Corte Suprema.
Además de distribuir cargos entre los partidos aliados, el Gobierno, pese a la grave crisis fiscal del país, autorizó la liberación tan solo en junio de 2.100 millones de reales (unos 656,2 millones de dólares) en partidas del Presupuesto para proyectos de legisladores oficialistas en sus bases electorales.
Según versiones de prensa, el Gobierno calcula que cuenta con el respaldo fijo de unos 270 diputados, un margen amplio frente a los 171 que necesita, para archivar la denuncia, aunque las versiones menos optimistas indican que ese número solo llegaría a 220, suficientes para salvar al jefe de Estado pero que mostrarían el bajo apoyo que le queda, señala el portal Día a día.
Tales cuentas han llevado a la oposición a amenazar con no comparecer a la sesión plenaria del próximo miércoles para que la misma no pueda ser abierta por falta de quórum, mientras buscan el respaldo que les falta para poder despojar a Temer del poder. El presidente de la Cámara se comprometió a abrir la sesión para votación de la denuncia cuando el quórum supere los 342 diputados.
“El miércoles estaremos en el plenario. Tenemos votos de sobra. Con más de 172 presentes no habrá ningún riesgo“, afirmó el segundo vocero del Gobierno en la Cámara Baja, diputado Darcisio Perondo, del mayoritario Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), la formación liderada por el propio Temer.
Uno de los mayores peligros que enfrenta el mandatario es la división en el seno del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), la segunda mayor formación que lo respalda en el Congreso, ya que varios de sus diputados se han rebelado contra las recomendaciones de los dirigentes de mantenerse fieles a Temer y amenazan con votar por la apertura del juicio.