Estas son las razones por las que el 40 % de las mujeres no saben cuando tienen un orgasmo

Gracias a la industria del porno y al cine en general, la imagen que la gente se ha formado en torno al sexo es idílica; esta idea está repleta de gritos, gemidos, rudeza y múltiples orgasmos. Después de haber visto alguna producción -pornográfica o no- las expectativas en torno al placer crecen de forma monumental hasta convertirse en una especie de «nirvana”.

Si bien el libro del “Kama-sutra” sostiene que es posible llegar a un elevado estado mental a través del sexo, lo que muchas mujeres buscan, específicamente, es llegar al orgasmoidealizado. Después de haber escuchado historias y visto escenas excitantes en las que las mujeres parecen verdaderas máquinas sexuales, lo único que les resta a muchas es pensar que sufren algún tipo de anorgasmia. Ellas se preguntan por qué nunca han sido capaces de llegar al punto en que sus gritos despierten a los vecinos y, por lo tanto, también se afligen al creer que ni siquiera han eyaculado mientras tienen sexo.

¿Es posible pensar en una epidemia de anorgasmia?

Después de analizar 34 estudios relacionados con este problema, investigadores del Instituto Andaluz de Sexología y Psicología llegaron a la conclusión de que entre 5 y 40 % de las mujeres aseguran nunca haber tenido un orgasmo. Curiosamente, la revista Cosmopolitan en Estados Unidos reunió los mismos resultados después de realizar una encuesta entre sus lectoras. Sin embargo, al menos la mitad de quienes se sometieron a las muestras ni siquiera están seguras de cómo debe sentirse un orgasmo.

Llevadas por la idea de que un orgasmo es un momento de total alboroto, sensaciones y reacciones extremas, muchas de ellas creyeron que nunca habían tenido un orgasmo per se. Aunque en realidad se trata de una confusión, pues gracias a un estudio realizado en 1985 por Roy Levin y Gorm Wagner se sabe que en realidad la mayoría de las mujeres llegan al orgasmo –incluso sin saberlo–. Esta afirmación derrumba el mito que asegura que quien no sabe cómo se siente un orgasmo, es porque nunca ha tenido uno.

Durante el estudio realizado por Levin y Wagner se midieron las palpitaciones vaginales de distintas mujeres por medio de un electrodo. Todas ellas fueron estimuladas para llegar al clímax y así sucedió. Sin embargo, mientras la mayoría aseguró haber tenido un orgasmo de aproximadamente 9.8 segundos, en realidad éste duro alrededor de 19.9 segundos.

Entonces, ¿cómo identificar un orgasmo?

Gracias a los estudios citados, es posible deducir que hay un alarmante desconocimiento sobre el propio cuerpo por parte de algunas mujeres. Esta falta de información está ligada directamente con la tendencia a creer todo lo que la gente cuenta sobre el momento de máximo placer durante una relación sexual; aunque en realidad es relativamente sencillo identificarlo.

Un orgasmo en sí es el incremento de la actividad en todo el cuerpo, sobre todo a nivel muscular. La contracción de la vagina es uno de los principales indicadores de que se ha llegado al clímax; así que la razón por la que no todas lo sienten con la misma intensidad es debido al tamaño del glande de su clítoris y a la distancia que hay entre éste y la pared vaginal.

Por otro lado, fiarse de la eyaculación o el squirt para saber si se ha llegado o no al orgasmo es otro error en el que no se debe caer. Las glándulas encargadas de este fenómeno no son del mismo tamaño en todas las personas, de modo que a menor tamaño, la probabilidad de que el squirting aparezca es mucho más baja; incluso la eyaculación ─que se diferencia del anterior por ser un líquido espeso y blanquecino─ no depende directamente de la excitación, sino de la capacidad de la próstata femenina y de cómo ésta trabaja en cada cuerpo.

¿Qué se debe hacer para llegar al orgasmo?

Llegar a ese punto no depende directamente de la persona, se trata más bien del modo en que cada cuerpo trabaja y procesa la excitación. Es decir, la única forma de entender que se ha llegado al orgasmo es conociendo el propio cuerpo. Sólo de esta manera cada mujer podrá darse cuenta de que, en efecto, alcanzó el clímax sin tener que llegar a protagonizar un escándalo casi pornográfico.

Las fotografías pertenecen a Ewan Phelan.

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