El Gobierno chileno reconoció diferencias con el Partido Comunista sobre la situación en Venezuela y reafirmó su «preocupación» por la detención de los líderes opositores venezolanos Antonio Ledezma y Leopoldo López.
Fue el subsecretario de relaciones exteriores, Edgardo Riveros, quien se refirió al tema, indicando que las recientes declaraciones del Partido Comunista sobre la crisis venezolana «van en contra de la posición del Gobierno», que ha manifestado una «profunda decepción» por la elección de los representantes a la Asamblea Nacional Constituyente el pasado domingo en Venezuela.
La Cancillería chilena aseguró el lunes que la votación fue una «decisión ilegítima» que se llevó a cabo «sin las más mínimas garantías para una votación universal y democrática, ni cumplir con los requisitos establecidos en la propia Constitución» venezolana, siendo duramente criticada por el Partido Comunista que denunció el «tono injerencista» de la declaración y afirmó que «rechaza categóricamente las aseveraciones» emitidas por la Cancillería, «a nombre del Gobierno, que pretenden cuestionar la constitucionalidad, legitimidad y naturaleza democrática de una iniciativa soberana efectuada en la República Bolivariana de Venezuela».
«El alto nivel de participación de su ciudadanía, con más de 8 millones de votantes que representan sobre el 41 % del padrón electoral, evidencia la efectividad de las medidas adoptadas para garantizar una votación universal y democrática, así como la voluntad del pueblo venezolano de encontrar vías civilizadas para resolver sus problemas, terminar con la violencia y asegurar la paz en su país», aseguró el partido.
Agregó que los «resultados son totalmente auditables. La misión de observadores avaló el proceso y los expertos latinoamericanos, en materia electoral, reconocen la legalidad de la convocatoria, así como su pulcritud y transparencia», en una clara referencia a los cuestionamientos realizados por la Cancillería chilena al proceso venezolano.