Ahí viene otra vez. El Día del Niño está más que cerca y los grandes retailers ya comenzaron a hacer sus movidas publicitarias. Paris, por ejemplo, dispuso de un mini pelotón de infantes para entregar una consigna contra las bolsas de plástico. «Mi regalo pídelo sin bolsas, por favor», se escucha de entrada, en una especie de comunicado que da por sentada la visita de miles de padres a estos bloques del consumo… ¿Alguien se imaginaría que esos mismos niños dijeran mi regalo pídelo sin crédito?
No es solo la empresa de Horst Paulmann: Falabella y Ripley dedican los mismos treinta y pico segundos televisivos para caracterizar a este nuevo muchacho del siglo XXI.
Ninguna de estas empresas hace siquiera un guiño a la Convención sobre los Derechos de los Niños, suceso que se llevó a cabo en 1989 y que estableció un precedente para que estas personas empezaran a ser consideradas como sujetos de derecho, acontecimiento que motiva la conmemoración de este domingo 6 de agosto.
Recordarlo, de hecho, podría cambiar la dirección en esta jornada. «Es importante para los papás mostrarles de qué se trata este día (…) tiene que ver con la conmemoración de la Convención. Los niños tienen que saber que antes sus derechos eran vulnerados, que los hacían trabajar. La cultura capitalista es la que se agarra de algo concreto como esto para terminar vendiendo lo que vende», dice Dominique Karahanian, psicóloga y académica de la Universidad Mayor.
Para que este Día del Niño tenga sentido en torno a valores como el respeto, el cariño, la experta dice que hay que «mostrarles (a los infantes) que ha habido una evolución, que ahora hay un Estado que te protege, o unos padres que te protegen». «Esa alegría de haber alcanzado eso, en teoría, hace que yo celebre», postula.
Karahanian afirma que el regalo «en el fondo es fomentar algo que no reemplaza el cariño, el amor». De todas formas, recomienda que si los padres o tutores tienen intenciones de persistir en esta política, «hay que ser austeros. No tiene sentido regalarle algo si no vas a pasar tiempo de calidad con tu hijo».
Pero, en ese sentido, la publicidad continúa y ha sido modificada. Ya no aparecen tantos juguetes en la pantalla; ahora son otro tipo de estrategias.
A la caza del niño-adulto
«Ya no son los niñitos que juegan a los soldaditos; son niños que pelean guerras de verdad en los PlayStation», afirma Cristián Leporati, director de la Escuela de Publicidad de la Universidad Diego Portales. El académico cuenta que los infantes han cambiado de manera contundente y pasaron a ser esta nueva creación: el niño-adulto. «Si analizas a un niño del 2017, versus a uno del 2005, el de hoy está totalmente conectado a lo que pasa en el país y en el mundo, aunque no tenga la madurez para entender todo lo que ocurre y traducirlo de forma correcta», describe.
Por eso los protagonistas de los comerciales ya no son los de antes y, en la actualidad, en lugar de ver las mejores ofertas del departamento de juguetería, se ve a personas que encarnan prototipos de tendencias. Es parte de las estrategias adoptadas por estudiosos que reaccionan rápidamente para cambiar la forma pero mantener el fondo, el verbo: consumir.
«Es lógico que la publicidad se aleje del juego en sí mismo y le asigne un rol distinto. Ya no es el placer de andar en skate (producto), ahora el placer es pertenecer a la tribu de los skaters, y eso significa tal y tal cosa; escuchar un tipo de música, vestirse de cierto modo», complementa.
En cuanto al poder de elección, Leporati cree que «los papás ya no compran nada. Los chicos a través de sus pares digitales se informan de las cosas que la llevan. Ellos van con su lista a donde el papá y le dicen oye, quiero este juego. Tienen muy claro el tema. Están mucho más informados que sus padres. Hoy por hoy, los papás solo ponen las lucas».
Por último, el experto adhiere a la visión de la psicóloga Dominique Karahanian y afirma que este día es únicamente una estrategia comercial; ninguna intención de conmemorar algo. «Los días de son para sacar productos. Las tiendas saben que es el momento en que más venden en el año», apunta.