Las columnas ciudadanas que han recorrido Chile de Arica a Punta Arenas estas semanas, indican que los cimientos para una sociedad más justa están activos.
Las calles de Chile se han visto colmadas por ciudadanos que han demostrado la efectividad de trasladar el descontento social desde las redes sociales a la Alameda, desde la virtualidad a los espacios de debate público tradicionales. Hoy es innegable que el clamor por una Patagonia Sin Represas está en el centro de la discusión país.
No obstante, el panorama para que no sea aprobada es complejo. La esposa del Presidente, Cecilia Morel, recibió de parte de Endesa la suma de un millón de euros para la Fundación Integra, que dirige; el cuñado del Presidente, Eduardo Morel, es director suplente de HidroAysén y gerente de la División Ingeniería y Proyectos de Colbún; el Ministro del Interior, parte integrante del Consejo de Ministros que dará «la última palabra», ya se mostró abiertamente a favor. Hay un claro conflicto de intereses que debe ser resuelto a la brevedad.
Junto a ello, se suma la presión dada por dos de las familias más adineradas de Chile, los Matte y los Angelini, ambos con participación en Colbún S.A., más la influencia que ejerce la banca internacional, que ha puesto millones de dólares en un proyecto de papel, nos referimos a entidades como Goldman Sachs, Santander, BBVA, JP Morgan, entre otros.
El balde de agua fría para las «pirañas del agua», es sin embargo, el informe encargado a Bloomberg por la organización internacional de protección del medioambiente NRDC (Consejo para la Defensa de los Recursos Naturales), dio resultados sobre los costos relativos de generación de energía entre fuentes tradicionales y energías renovables no convencionales. El informe comprobó que la biomasa, el biogás, la energía geotérmica, la mini-hidro y la energía eólica ya son económicamente factibles de implementar en Chile, y que la energía solar lo será muy pronto.
Otra esperanza para revertir esto, es la propuesta que viene dada por grupos ecologistas del país, quienes en voluntad unitaria han decidido agruparse en «AMA Chile«, un frente que tiene por objeto coordinar las manifestaciones de la sociedad contra proyectos de impacto negativo para el medio ambiente.
El frente único, que será lanzado en los próximos días y está compuesto, entre otras organizaciones, por Alerta Isla Riesco, Greenpeace, Codeff, Chao Pescao, Ecosistemas, No a Pascua Lama, Patagonia Sin Represas, Sidarte, Chinchimén, No a Alto Maipo, No a los Transgénicos, además de las comunidades que hacen frente a las centrales termoeléctricas de Barrancones, Castilla, Los Robles y la comunidad de defensa de Puchuncaví, entre otras.
Pero junto a AMA hay una carta ciudadana bajo la manga que aún no entra en juego. El plebiscito comunal. Esta instancia de profundo sentir democrático se encuentra amparada en la Ley Orgánica de Municipalidades y dice que por acuerdo del Alcalde y del Concejo Comunal, o bien «por iniciativa de los ciudadanos inscritos en los registros electorals de la comuna, someterá a plebiscito las materias de administración local relativas a inversiones específicas de desarrollo comunal (…)».
El texto legal, además, agrega que «deberá concurrir con su firma, ante notario público u oficial del Registro Civil, a lo menos el 10% de los ciudadanos inscritos en los registros electorales de la comuna, al 31 de diciembre del año anterior, debiendo acreditarse dicho porcentaje mediante certificación que expedirá el Director Regional del Servicio Electoral«.
Y lo mejor es que según la misma ley «los resultados del plebiscito serán vinculantes para la autoridad municipal, siempre que vote en él más del 50% de los ciudadanos inscritos en los registros electorales de la comuna».
En la ciudad de Iquique este proceso de profunda civilidad ya se está adelantando. Allí, los ciudadanos auto convocados están en campaña de reunir las cinco mil firmas para realizar un plebiscito comunal e impedir la construcción de las dos termoeléctricas: Pacífico y Patache, centrales recién aprobadas por la Comisión de Evaluación Ambiental del Gobierno.
Es de esperar entonces, que de la mano de esta Ley y junto a la constante movilización de lo(a)s ciudadano(a)s, podamos comenzar a decidir qué es lo que queremos y qué no, para nuestros territorios y para las presentes y futuras generaciones. Es de esperar que con las acciones que desarrollen los ciudadanos en sus territorios se pueda sumar la de los legisladores nacionales como Alejandro Navarro y Guido Girardi, entre otros, que saben dónde descansa el Proyecto de Ley de Renacionalización del Agua, ir al fondo del asunto.
Por otro lado, en la manifestación que se realizó el sábado 28 [de mayo] en Santiago, también confluyeron dirigentes como Camila Vallejo, presidenta de la Fech, y Natividad Llanquileo, vocera de los presos políticos mapuche en huelga de hambre por alrededor de 80 días -por segunda vez en menos de un año-, dando cuenta de que hay una incipiente convergencia en las luchas que se están dando en las calles, y por lo tanto una luz de unidad frente a la agresividad que demuestra en la práctica esta nueva forma de gobernar.
La pluma se ha parado en Egipto y Medio Oriente, España y los indignados también están movilizados, la misma Atenas tiembla, los muros de su Olimpo se desmoronan y antes que los parchen, es hora de nuestra respuesta.
Por Equipo Editor
El Ciudadano Nº103, primera quincena junio 2011