Un nuevo estudio sobre la jalea real, publicado en la revista Scientific Reports, ha arrojado resultados muy exitosos respecto de su poder curativo en el tratamiento de heridas.
La jalea real es una secreción de las abejas melíferas que se usa para alimentar a las larvas y a la abeja reina. Todos los miembros de la colonia se alimentan de ella, independientemente de qué rango tengan al terminar su desarrollo.
Está hecha de glándulas contenidas en las cabezas de las abejas obreras. Cuando se necesita una nueva reina, las obreras ponen algunas larvas en jalea real, en celdas especialmente construidas para forzarlas a generar fisiologías de tipo reina.
Basándose en esta propiedad, varias empresas de alimentos y cosméticos han hablado de una serie de propiedades de la jalea real, pero estas no se basaban en estudios científicos contundentes. Sin embargo este nuevo estudio -conducido por investigadores de la Academia de Ciencias de Eslovaquia- parece haber confirmado que esta tiene al menos un beneficio comprobado: la curación del daño celular.
Los autores señalan que la jalea real tiene «efectos múltiples, incluyendo actividades antibacterianas, antiinflamatorias e inmunomoduladoras, en varios tipos de células».
Al separar la jalea real en sus componentes individuales, el equipo fue capaz de ver lo eficaz que era cada uno cuando se trataba de reparar el daño celular mecánico. Aquí resultó que una pequeña proteína, llamada defensin-1, fue la molécula responsable.
Para confirmar su eficacia, los investigadores fabricaron su propia versión del gen defensin-1, que finalmente les permitió producir una versión bastante concentrada de la proteína. Entonces el equipo utilizó este compuesto, junto con la jalea real regular, para ver qué tan bien funcionaban estas dos sustancias en curar heridas en ratones. El resultado fue que ambas fueron eficaces.
La jalea real ya se había utilizado para ayudar en la cicatrización de heridas, pero este es uno de los primeros estudios que confirma con certeza el mecanismo detrás de su efectividad. Es muy probable que en un futuro próximo veamos las aplicaciones de defensin-1 o la podamos comprar en las farmacias.
Vía IFLScience
El Ciudadano