No hay evidencia que vincule al autismo con las vacunas, pero el mito aún persiste. Incluso el presidente de Estados Unidos promovía esta idea no científica en su cuenta de Twitter. El resultado: brotes de enfermedades que podemos y debemos ser capaces de prevenir.
Por eso es un alivio ver noticias alentadoras relacionadas con las vacunas. En este caso se trata del éxito de los programas de vacunación en Alaska, que han visto una drástica disminución de los casos de hepatitis A y B en todo el estado.
Stephanie Massay, especialista en epidemiología de la División de Salud Pública de Alaska, y sus colegas presentaron los recientes datos en la Conferencia Mundial de Pueblos Indígenas de este año en Anchorage, Alaska. Sus resultados muestran la virtual eliminación de la hepatitis A entre los nativos de Alaska.
La hepatitis A es causada por un virus (VHA) que infecta el hígado. Puede presentar síntomas como fiebre, debilidad, náuseas, dolor y pérdida de apetito, aunque también puede ser asintomática.
En Alaska ha estallado una epidemia del virus cada 10 a 15 años desde los años ’50 a los ’90, siendo la población indígena la más afectada, con hasta 13 veces más probabilidades de ser afectada que la población no nativa. En respuesta, el estado inició una política de vacunación universal para niños entre 2 y 14 años de edad. En 2001, la vacunación se convirtió en un requisito para entrar a la escuela.
Los resultados han sido impresionantes. Las tasas de infección han disminuido de 60 casos por cada 100.000 personas anualmente (1972-1995) a 0,35 casos por 100.000 (2008-16). De las 23 personas infectadas, el 88% pudo haber contraído el virus mientras viajaba.
En la presentación en Anchorage también estuvieron presentes Brian McMahon, director del Programa de Hepatitis de la Native Tribal Health de Alaska (ANTHC), y Rosalyn Singleton y sus colegas, quienes mostraron hallazgos publicados en 2000, indicando una erradicación casi total de la hepatitis B en Alaska.
Durante los años ’70 y ’80 los nativos de Alaska experimentaron las tasas más altas de hepatitis B en los Estados Unidos, como informó la Alianza Mundial contra la Hepatitis. Al igual que la hepatitis A, la hepatitis B es causada por un virus (VHB) que afecta al hígado y puede ser asintomática.
En la década de los ochenta el gobierno inició un programa de vacunación universal para recién nacidos, al que siguió un programa de recuperación dirigido a los niños en edad escolar.
Una vez más ha sido un gran éxito. Los datos sobre las tasas de VHB revelan que la incidencia de hepatitis B aguda en Alaska, ha disminuido de 19 cada 100.000 personas (de hasta 20 años) en 1981/82, a ninguna desde 1992, y el número de personas nativas de Alaska menores de 20 años afectadas por la hepatitis B crónica ha disminuido drásticamente desde 1988, cuando se reportaron 657 infecciones. En los últimos 18 años ha habido sólo dos casos, el último de los cuales se identificó en 2010.
Vía IFLScience
El Ciudadano