Adilson de Oliveira, era un campesino brasileño de 47 años, que desapareció mientras acampaba junto a orillas del río Javae, en Tocantis, en el norte de Brasil.
Los resultados de las pruebas, publicadas ayer, por el Instituto Médico Forense Palmas, sugieren que el trabajador de la granja fue devorado hace una quincena. Los investigadores encontraron huesos, piel, pelo, carne y bolsas de plástico en el estómago del reptil, después de que la criatura fue cazada y asesinada por los lugareños, después de que la víctima desapareció.
Oliveira, de Belo Horizonte, en el sureste de Brasil, trabajaba en una granja de la zona y había establecido un campamento con otros trabajadores, desde donde se cree fue arrastrado por el agua. Según sus compañeros de trabajo, la víctima estaba pescando, tarde en la noche, cerca del borde del río, cuando desapareció. La alerta se levantó varias horas después de que Oliveira desapareciera, ya que se cree que el incidente ocurrió de la noche a la mañana, lo que significa que su ausencia pasó desapercibida.
Los bomberos tardaron casi 24 horas en llegar, debido a las dificultades para acceder al área remota. Más de 30 agentes registraron durante casi dos días, desde el sábado hasta el domingo por la mañana, por la orilla del río y dentro del denso bosque. La vía navegable fue barrida por un barco y los bomberos arriesgaron sus vidas al zambullirse en las turbias aguas infestadas de caimanes y pirañas, para buscar los restos del hombre.
Sin rastros del hombre desaparecido, los residentes locales, familiarizados con el área, se convencieron de que la víctima había sido devorada por reptiles. Habían visto al menos siete caimanes reunidos en la orilla opuesta del río, un día después de que Oliveira desapareció. Según dicen los locales, estos animales normalmente no se reúnen, al menos que estén comiendo. Fue entonces cuando decidieron tomar el asunto en sus propias manos.
Un grupo de residentes y compañeros de trabajo de la víctima, persiguieron, atraparon y mataron a un cocodrilo que se veía mas «gordo de lo normal», pues presentaba una hinchazón inusual en su abdomen. Al abrir al animal se encontraron con el macabro hallazgo: restos humanos dentro de su vientre.
Adilson era conocido por meter bolsas de plástico en los bolsillos de sus pantalones y, cuando los locales informaron su hallazgo, descubrieron evidencia de bolsas de plástico, huesos rotos, pelo, piel y otras partes del cuerpo dentro del estómago del caimán.
Se ha pedido a los miembros de la familia del Sr. Oliveira que suministren muestras de su ADN para su análisis y comparación. Los resultados de estas pruebas se darán a conocer dentro de las próximas semanas.
Con información de The Sun