Al parecer, Khaled Sharrouf, el terrorista de 36 años nacido en Australia, murió junto con sus hijos Zarqawi, de 11 años, y Abdullah, de 12 años, cerca de la ciudad de Raqqa, el viernes pasado.
El terrorista sorprendió al mundo en 2014, cuando publicó una foto de su hijo Abdullah, que tenía nueve años en ese momento, sosteniendo una cabeza decapitada. La infame fotografía fue condenada por varios líderes mundiales, incluido el entonces primer ministro Tony Abbott, que la calificó de «bárbara».
Algunas autoridades confirmaron internamente la muerte Sharrouf y al parecer se han filtrado mensajes de su hermano, quién habría contado a otros miembros de ISIS en Australia, sobre la muerte del terrorista. Sin embargo nada se ha confirmado oficialmente hasta el momento.
Sharrouf viajó a Siria en 2013 y, más tarde, fue seguido por su esposa y sus cinco hijos. Durante el surgimiento de ISIS, Sharrouf fue activo en las redes sociales y regularmente subió imágenes gráficas en Twitter. La macabra foto de su hijo con la cabeza decapitada la acompañó del comentario «Este es mi muchacho», provocando indignación entre la comunidad internacional.
John Kerry dijo que era «una de las fotografías más grotescas y espantosas de la historia».
El abuelo de Abdullah, Peter Nettleton, dijo que estaba «devastado» por la imagen.
Esta no es la primera vez que han reportado la muerte de Sharrouf. Se rumoreó que había sido asesinado en 2015, pero más tarde reapareció, cuando comenzó a ponerse en contacto con personas en Sydney.
El ministro australiano de Inmigración, Peter Dutton, se negó a confirmar la muerte de Sharrouf. Dijo, en una conferencia de prensa: «Siempre es muy difícil confirmar, dado que estamos tratando con zonas de guerra en Siria e Irak» y agregó: «Nadie se lamentaría por su pérdida, si la gente toma la decisión de ir al Medio Oriente o a cualquier lugar para comprometerse con ISIS, francamente, merecen el resultado que tal vez le ha pasado a Sharrouf».
Con información de The Sun