En abril de este año comenzaron a circular reportajes que denunciaban la ofensiva colonizadora del nuevo proyecto de Pablo Longueira -denominado Parque Austral o Proyecto Patagonia- que intentará la conexión de la laguna San Rafael con el golfo San Esteban, a través de la apertura de un canal en el istmo de Ofqui.
El objetivo es abrir una ruta para diversas embarcaciones a través de los archipiélagos australes, evitando el paso por el golfo de Penas. Sin embargo, dado el alto costo y el carácter de reserva de la biosfera del lugar escogido, es poco probable que la iniciativa se haga efectiva. Más aún, si la ministra de Bienes Nacionales, Nivia Palma, calificase el proyecto de un “delirio inviable y descabellado”.
Consultado por El Ciudadano, el representante del Comité Nacional Pro Defensa de la Flora y Fauna (CODEFF), calificó la propuesta del imputado Longueira como “una voladura”. “En la región no le ha preguntado a nadie, es toda una cuestión tipo platillo volador: un mega proyecto turístico, venido de afuera, sin participación regional y sin tener idea de dónde se está metiendo. Francamente, uno lee que pondrán andariveles, harán un canal, senderos para excursionistas, pero uno nota que hay una desubicación salvaje. No tiene idea dónde está parado. Ha ido a pasear en pleno sol pero habitualmente ahí hay temporales y es bastante inviable hacer lo que él quiere”, señaló Peter Hartmann Samhabe, vocero de la ONG ambientalista dedicada a proteger la naturaleza y el medio ambiente, cuya base se encuentra en la región dónde pretende construirse el proyecto de Longueira&Cía.
Loca geografía
En Aysén hay quienes piensan que la mediatizada iniciativa es sólo un distractor para recaudar fondos para la campaña electoral que se avecina. Otros, que le están armando un panorama turístico a Piñera, ya que la idea de generar una red de aldeas o refugios es una propuesta que ha surgido del núcleo de asesores para potenciar el turismo en una de las regiones más cotizadas por los extranjeros.
“Este proyecto no es nuevo. Aparte es bien loca la geografía, por algo dejaron de hacerlo en su tiempo. Por ambos lados hay mareas diferentes. No es llegar y hacer un canal. No es tan simple, es mucho más complicado de lo que él piensa. Además, su proyecto está dentro de un parque nacional, reserva de la biosfera. No es llegar y meterse a hacer cosas ahí”, señala la cara visible de CODEFF en la región.
Si de encontrarle problemas a la idea se trata, Peter podría estar relatando horas. Conocedor de la zona, tiene claro que estos anuncios tienen una carga política que llama la atención. Él sabe que decir que ‘un proyecto es fantástico o que potenciará el turismo’, se oye muy bonito pero a la hora de aterrizar las ideas, todo se vuelve inviable. “Yo no se qué pretende. Además, es un mal ejemplo para que después otros lleguen y se lleven todo. Es difícil decirle que está loco pero sí que está muy volao”, ríe.
El director regional del CODEFF denuncia además que el ex senador se encuentra viajando a la región de forma continua, como asesor de la familia Galilea, un family office que quiere poner un proyecto eólico de 45 megas en Aysén. “No se les ocurrió nada mejor que un mega proyecto, para sumarle energía a lo del río Cuervo y después exportarlo. A lo mejor tienen un as bajo la manga. Todo el mundo se ríe de esos planes pero habría que preguntarle a los que lo tienen como ídolo. Yo no tengo nada en contra, mientras sean cosas reales”.
Hace poco tiempo se supo que aparte del secretario general de la UDI, el abogado Pablo Terrazas Lagos (hijo del ex concejal y candidato a alcalde por Vitacura, Rodolfo Terrazas), se sumó al proyecto la ex directora nacional de Sernatur, Jacqueline Plass, y el destado montañista y empresario turístico Phillip Reuter, conocido por Hartmann Samhabe.
“Es un personaje conocido, que hace turismo de élite pero le tengo harto respeto. Es bien movido y hace cosas interesantes. Es válido lo que hace, yo no tengo nada en contra mientras no hagan daño. Si hasta se mueve en helicóptero a los lugares. Pero anda a saber cuál es la relación verdadera, porque fijo que lo terminan utilizando también. Él ha armado emprendimientos como el Terra Luna, en el lago general Carrera. Es bien elegante y caro lo suyo. Tiene una lancha jet con que suben al lago Leones. Yo creo que es la punta de flecha del turismo tecnológico de la región”, señala Hartmann.
Si bien al defensor de los ríos y la naturaleza no le parece mal que exista también este tipo de turismo, lo insólito de la propuesta de Longueira -aclara- «es transmitir que quiere un turismo de élite pero masificado, para que los ancianitos puedan pasar por el istmo de Ofqui. Parece que tendrán que ser ancianitos con mucha plata porque para otros no da. Deben ser de tipo crucero, para gente very rich que anda buscando aventuras en el planeta. Es un mercado que está viento en popa pero es gente que le gusta la comodidad. No los veo sacrificándose haciendo excursión en San Valentín, por mucho que haya un andarivel”, señala en tono sarcástico.
De hecho -complementa Hartmann Samhabe- «es una locura. El clima es del terror. Yo tengo un amigo desaparecido ahí. Era un andinista con mucha experiencia, técnica. No era un simple excursionista».
Experiencias símiles
A lo largo de la historia se han generado otras propuestas de ‘ emprendimiento’ en la zona. Recordada es la aventura de Juan Carlos Zsydlowski, chileno especialista en mercado financiero, que se fue a EE.UU. y se hizo famoso por su rápido ascenso. Aprovechando la buena estrella, se volvió a Chile, instalando un proyecto turístico en Ñihue -un poco al sur de la desembocadura del Palena, en Balmaceda, al norte de la región-. Poco después, apareció en primera plana de El Mercurio, jactándose de haber evadido el sistema en EE.UU.
Tratando de conseguir financistas, la DEA le hizo una encerrona. Viajó engañado a Santo Domingo, lo apresaron y fue extraditado a EE.UU por dos años, acusado de evadir impuestos. Luego de ello, volvió al país y comenzó con ‘Water of Patagonia’, empresa que desarrolló junto a su hijo, destinada a envasar agua del Río Montt y algunos lagunas laterales al ventisquero del mismo nombre. De hecho, aún tienen los derechos de agua de varios arroyos sureños, con la clara intención de vender sus productos en Estados Unidos, a U$ 50 el litro.
Sin embargo, en 2013 se armó un escándalo porque se dijo que venderían todo el agua de Aysén a los países árabes, involucrando hasta al embajador chileno en Emiratos Árabes, Jean Paul Tarud, hijo del actual diputado Jorge Tarud (PPD).
“En el caso de Longueira, va a pasar algo parecido. La aristocracia chilena no va a confiar en invertir, primero, donde hayan dudas de rentabilidad y, segundo, a personajes que ya cayeron en desgracia. Yo dudo le vayan a pasar plata”, afirma Peter Hartmann, recordando que unos años antes se cayó otro proyecto, de venta de hielo milenario. “El alcalde de Tortel estaba fascinado pero la comunidad se opuso y se fue al agua la intención del empresario”, recuerda.
“Si la plata queda en la región y no sirve para andar especulando, yo tampoco tengo muchos problemas con que se vendan los recursos. Es una forma inteligente de usar el agua de Aysén, en vez de andarla convirtiendo en embalses para megarepresas. Depende mucho del cómo se haga”, remata el arquitecto de barba blanca y mente lúcida.