Los verdaderos aficionados al whisky saben que agregarle un chorrito de agua o unos cuantos cubitos de hielo, realmente mejora su natural sabor y aroma. Pero, ¿cómo puede algo tan insípido como el agua mejorar un escocés o un bourbon envejecido en barrica? Los químicos piensan que han encontrado la respuesta.
Investigadores del Centro de Química de Biomateriales de la Universidad Linneo, en Suecia, analizaron la composición molecular del whisky en presencia de agua. Se sabe que la molécula de guaiacol es, en gran parte, responsable del sabor y el aroma ahumado del whisky. El guaiacol se enlaza a las moléculas de alcohol, lo que significa que en el whisky puro, el sabor del guaiacol se distribuirá uniformemente en todo el barril. El alcohol es repelido por el agua, mientras el guaiacol es parcialmente repelido. Eso significa que cuando se agrega un chorro de agua a la bebida en el vaso, el alcohol emerge a la superficie, arrastrando el guaiacol consigo. Así es como el sabor y aroma distintivos del whisky resultan estar en la posición perfecta para que el bebedor los pueda apreciar.
Los experimentos del equipo fueron presentados en la revista Scientific Reports, y dice que el whisky que se ha diluido hasta en un 40 a 45 por ciento de contenido de alcohol, mostrará más guaiacol cerca de la superficie. La mayoría del whisky comercial ya está diluido antes de ser embotellado, por lo que el whisky que se ordena en un bar debe estar dentro de este rango. El agua o hielo adicional aumentará aún más el efecto de realce del aroma.
El paper de los científicos no especifica la cantidad de agua que se recomienda añadir, pero los amantes del whisky sólo tendrán que experimentar para saber cuál es la proporción perfecta que satisface su nariz y su paladar.
El Ciudadano