Esta joven alemana de 23 años murió poco después de haber sido exorcizada, y su historia de vida se volvió a contar en la película de 2005 The Exorcism of Emily Rose. Pero resulta que su vida real era mucho más inquietante de lo que vieron los cinéfilos.
Anneliese nació en 1952 en una familia católica estricta. Su madre ya había perdido a una niña, Martha, que murió a los 8 años. La muerte de Martha significó que la madre de Anneliese ejerció aún más presión sobre su hija restante, para que llevara una vida piadosa, exigiendo que asistiera a la misa dos veces por semana y a quien vigilaría de manera muy estricta.
Posteriormente Anneliese desarrollaría neurosis relacionadas con la iconografía religiosa, como resultado de los castigos que le infligieron por sus padres fanáticos.
Anneliese disfrutó de la escuela y fue descrita como feliz y querida por sus profesores. Era sobresaliente en lenguas. Pero cuando tenía 16 años, se desmayó en clase y, según sus amigos, pareció entrar en un estado de trance durante unos minutos. Esa noche se despertó con una «pesada sensación en su cuerpo» y mojó la cama. Al día siguiente no fue a la escuela y su familia decidió que había sido un suceso pasajero.
Un año después, sucedió algo similar y Anneliese fue llevada a un médico. El médico encontró que no había nada malo con ella, al igual que un neurólogo.
Fue hospitalizada en febrero de 1970 por tuberculosis. Mientras estaba en el hospital fue que las cosas comenzaron a ponerse raras. Anneliese afirmó que veía colores, oía sonidos y experimentaba una sensación de euforia al recitar un rosario. En ese momento se le diagnosticó epilepsia.
Volvió a la escuela ese mismo año, pero fue retirada debido a una grave depresión. Sus convulsiones continuaron y los medicamentos que le prescribieron no le hacían ningún efecto. Pese a todos los problemas que tenía, Anneliese hizo lo mejor que pudo para graduarse de la escuela y dirigirse a la universidad para convertirse en profesora.
En 1973 comenzó a sufrir alucinaciones mientras rezaba y se convenció de que estaba condenada y el Diablo estaba dentro de ella. Ahora, además de pedir ayuda a los médicos, también se volvió hacia los sacerdotes, pero su comportamiento era más de lo que parecían capaces de manejar. Se dice que Anneliese lamía su propia orina del suelo, comía carbón e insectos y se desnudaba.
Cuando comenzó a evitar objetos religiosos como cruces y agua bendita, los sacerdotes se dieron cuenta de que estaba mostrando signos de posesión demoníaca. Sus padres rogaron por meses a la iglesia, hasta que ésta accedió a realizar un exorcismo.
Los padres Arnold Renz y Ernst Alt, dos sacerdotes de la parroquia local, fueron los encargados de realizar un exorcismo «secreto». Anneliese dejó de tomar su medicación, por órden de los sacerdotes, pues estaban convencidos de que no era una situación médica.
Durante los siguientes diez meses, Anneliese sufrió 67 sesiones de exorcismo de una hora cada una, y los clérigos distinguieron al menos seis demonios dentro de ella, cada uno más malvado que el anterior.
Afirmaron que Lucifer, Judas Iscariote, Nero, Caín, Hitler y Fleischmann, un sacerdote deshonrado del siglo XVI, usaban su cuerpo com recipiente.
Mientras los exorcismos continuaban, Anneliese dejó de comer y se volvió cada vez más frágil. Pese a ello, era tal su fuerza que debía ser encadenada mientras los sacerdotes hacían los exorcismos.
Cuando murió en 1976, su autopsia reveló que tenía dientes fracturados, extremidades magulladas y ojos negros. Antes de morir los sacerdotes afirmaron haber visto estigmas en sus manos y pies.
Ellos interpretaron estas marcas como un símbolo de que su alma había sido liberada. Los sacerdotes y los padres de Anneliese fueron declarados culpables de homicidio negligente en 1978, y todos recibieron multas y cárcel.
¿Conocías la triste y terrible historia de esta joven?