La inmigración neta al Reino Unido bajó en 81.000 personas en los últimos doce meses hasta finales de marzo pasado hasta situarse en 246.000 personas, el nivel más bajo en tres años, informó hoy la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS).
Ese dato -que contempla la diferencia entre las llegadas y salidas de ciudadanos al país- estuvo influido por la perspectiva del «brexit», la salida británica de la Unión Europea (UE), de acuerdo con la información divulgada hoy.
La ONS reveló además un aumento de 33.000 de emigrantes de la UE, hasta situar el dato en 122.000, el más elevado en casi una década.
Dentro de este grupo, la oficina detectó un incremento notable, de 17.000, en las salidas de ciudadanos de los países que se unieron al bloque comunitario en 2004: República Checa, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Polonia, Eslovaquia y Eslovenia.
Al mismo tiempo, se registró un descenso en la inmigración procedentes de la UE, de 19.000, si bien la ONS no consideró «estadísticamente relevante» esa última cifra.
La responsable del departamento de estadísticas migratorias de la ONS, Nicola White, destacó hoy la «caída en la migración neta», motivada por un aumento de la emigración, principalmente de ciudadanos comunitarios, en particular de los ocho países citados y por un «descenso de la inmigración» de todos los grupos.
Estos datos, añadió White, indican que «el referéndum europeo (del 23 de junio de 2016) podría estar influyendo en las decisiones de la gente de migrar dentro y fuera del Reino Unido», explicó la experta, quien precisó, no obstante, que «aún es pronto para saber si se trata de una tendencia a largo plazo».
Al tiempo que se conocieron los datos de inmigración, la ministra británica de Interior, Amber Rudd, puso hoy en marcha una investigación para esclarecer qué papel desempeñan los estudiantes extranjeros en la economía británica.
Según la ONS, con relación al periodo que abarca hasta el pasado marzo, el 97 % de estudiantes procedentes de países de fuera del bloque que han entrado al país con un visado ya se han marchado.
No está claro, en cambio, qué ha ocurrido con el 3 % de esos estudiantes internacionales cuyos visados han expirado.
«Comprendemos lo importantes que son los estudiantes de todo el mundo en nuestro sector de la educación superior, que es un exportador clave de nuestro país, y por ello queremos contar con evidencias sólidas e independientes del valor e impacto que tienen», apuntó Rudd al anunciar la pesquisa.
Durante su época como ministra de Interior, la ahora jefa del Ejecutivo, Theresa May, endureció las condiciones de los visados de los estudiantes internacionales al considerar que esos documentos eran empleados por algunos como manera de permanecer en el país para trabajar una vez acabados los estudios.
May está determinada a ajustar el número de estudiantes extranjeros dentro del objetivo fijado de mantener la migración neta en «decenas de miles».
No obstante, el ministro de Finanzas, Philip Hammond, el titular de Comercio internacional, Liam Fox, y el jefe del Foreign Office, Boris Johnson, han mostrado públicamente su oposición a la jefa de Gobierno al opinar que las contribuciones de los estudiantes extranjeros son vitales para la economía nacional después del «brexit».