Jaime López y Renato González Caro son los abogados defensores de la machi Francisca Linconao. Este último es además Defensor Regional de La Araucanía y trabajó con anterioridad en un Programa de las Naciones Unidas (PNUD), destinado a la defensa de los derechos de agua y tierras de las comunidades indígenas del sur del país. Fue igualmente defensor penal público en la Defensoría Local de Lo Prado y ejerció el cargo de jefe de Estudios de la Defensoría Regional de Atacama.
González tiene una mirada de la vida diferente: confía en la buena fe de las personas. Nacido en 1967, casado y con tres hijos, ha asumido la defensa en otras causas de gran repercusión nacional, como el denominando ‘Robo del Siglo’ a un camión de transporte de valores en el aeropuerto o a los carabineros involucrados en el robo con intimidación a narcotraficantes de Pudahuel. Reconocido como un gran defensor, hizo una pausa en su agenda para conversar con El Ciudadano, en vista a conocer su opinión de esta agitada semana y visualizar cómo se avecina el tiempo restante del emblemático juicio del llamado caso Luchsinger-Mackay.
En el Twitter oficial de la Fiscalía apareció una publicación señalando que la machi Francisca Linconao había faltado a la verdad. ¿Qué le parece?
Al otro día que declaró la machi Francisca Linconao hice una presentación, un incidente, al tribunal, recordando el artículo 11 de la Convención Americana de Derechos Humanos que obliga al Estado – ya que el Ministerio Público, al igual que la Defensoría, somos organismos del Estado- a tratar con dignidad a las personas y proteger su honor. Es evidente que un interviniente -como es la Fiscalía- no puede andar diciendo en sus páginas oficiales que los imputados mienten. En ese contexto, aparte de probar en el juicio que cada una de sus palabras son verdaderas, y lo vamos a demostrar con creces, lo que nos parecía grave es que uno de los intervinientes estuviere señalando eso. El fiscal de la causa tendrá sus opiniones, pero como organismo autónomo -que es el Ministerio Público- no puede tratar a mi representada de mentirosa. Esa fue la lógica del planteamiento que sostenemos.
¿Qué le parece la reconvención hacia la fiscal Pamela Contreras, respecto del trato hacia la machi Francisca Linconao?
Siempre pienso o creo en la buena fe de la gente, primera cosa. Por lo tanto, no voy a hacer juicios de valor, que si estaba intentando tratar mal a la machi o menoscabando su autoridad. Quiero pensar, y así lo hice ver, que fue un error. No fue de mala fe pero sí es grave y es delicado que no seamos capaces de tratarnos con respeto, mucho más cuando se trata de una machi, representante de un pueblo, de una cultura importante, relevante en nuestro país y que nosotros, los que no somos mapuche, tal vez no hemos logrado comprender la esencia de todo ello. Es en ese sentido que apenas se le trató como señora Linconao -porque así fue el trato, no es que se le haya dicho otra cosa- le pedí al tribunal que la señorita fiscal y todos los intervinientes tratásemos a la machi como corresponde: machi Francisca Linconao, porque ese es su nombre y, por lo demás, todos los tratados internacionales protegen el derecho al nombre y el Convenio 169, la dignidad de los pueblos originarios. Esa fue la línea de lo que planteé originalmente y el tribunal lo acogió. Con posterioridad a ese minuto, todo el resto de los intervinientes trataron a la machi como correspondía. Fue sólo ese el impasse que se produjo.
¿Qué le parece la intención del fiscal Alberto Chifelle de incorporar pruebas extemporáneamente?
En relación a la participación de nuestros imputados, y de la machi en particular, es absolutamente irrelevante, no tiene ninguna importancia. Ella es inocente y no estuvo ni en el ataque a la casa de la familia Luchsinger ni en ningún otro hecho en el cual tratan de relacionarla. Tratar de darle relevancia como si fuese la prueba clave de la Fiscalía para determinar participación de las personas es absurdo. Los argumentos jurídicos de todos los defensores que participaron en el incidente fueron muy potentes y el tribunal acogió. Las cosas en el Derecho tienen sanciones y, en este caso, una de aquellas es que la forma de presentar era impertinente. Simplemente, el tribunal debía de resolver en Derecho. Quiero ser muy concluyente, no se vaya a decir después que porque esta prueba no se incorporó, el juicio salió como salió. Me imagino que, de alguna manera, ésta es la lógica en cuanto a la publicidad de ciertas cosas. En resumen, para los efectos de participación, esa prueba no tenía importancia alguna. Es tan evidente, que casi no vale la pena comentar, pero me imagino que al final del camino va a ser uno de los argumentos de cierre: ‘este juicio lo perdimos porque esta prueba no se incorporó’. Y la verdad es que eso no tiene sentido.
Al cerrar la investigación, el Ministerio Público tomó la decisión de acusar y al hacer esto, pensando en que todo esto funciona seriamente, ya se consideraba que las pruebas que tenía en contra de estas personas eran suficientes para una sentencia de condena. Por lo tanto, darle mayor relevancia a la prueba nueva no tiene -lo reitero una y mil veces- ningún sentido, porque la Fiscalía sin esa prueba, hace bastantes meses, decidió acusar porque tenía pruebas suficientes. Nosotros planteamos derechamente que son absolutamente insuficientes. Y ese es el litigio judicial que tenemos en tribunales.
De caerse entonces la única prueba- la supuesta declaración de José Peralino Huinca-, ¿se acortaría el juicio?
Respecto a los días que el tribunal determinó, todo va a depender de la rapidez con que se vayan incorporando las pruebas: 45 testigos de la fiscalía, 15 peritos (ya declaró uno) y las pruebas de la defensa, que rondan en alrededor de 70 testigos, sumando a todos los intervinientes. En la lógica de los juicios, a veces se van quitando pruebas porque ya se repitieron los hechos o determinadas situaciones. Las pruebas que planteó la Fiscalía -nosotros planteamos- han sido siempre insuficientes. Y lo que respecta al señor Peralino y sus eventuales declaraciones, que al final fueron tres-una como testigo, otra como imputado y otra en el tribunal- poco a poco irán saliendo con los policías que dicen que estuvieron allí.
Vamos a ir viendo y corroborando que, con las pruebas científicas existentes, se va a demostrar que las declaraciones son contradictorias con los hechos que se van a probar en la causa. Y ahí va a quedar todo el juicio, no tengo ninguna duda. Al final del camino, todas las personas -o al menos mi representada- van a ser declaradas absolutamente inocentes.
¿Cuánto tiempo resta entonces para culminar el juicio? ¿Qué deparan las próximas semanas?
Ayer (jueves 24) empezaron las pruebas propiamente tales de la Fiscalía, declaró un carabinero como testigo. En las próximas semanas, es la Fiscalía quien irá ofreciendo -en el orden que ellos estimen conveniente- las pruebas que ofrecieron en el auto de apertura. Y esas son: policías, la familia Luchsinger, algunos agricultores, peritos, que irán presentándose y explicando sus dichos, lo que saben o no. Nosotros tendremos el derecho de contrainterrogarlos, el tribunal tiene derecho a hacer preguntas aclaratorias y ahí se va produciendo la prueba en el juicio. Una vez que esto concluye, con la Fiscalía y los querellantes, viene nuestro turno de ofrecer las pruebas. Cada uno de los defensores posee las suyas, y en la conclusión de éstas es que el tribunal -hechos los alegatos de clausura- dictará el veredicto y la sentencia.