El Rector de la Universidad de Chile, profesor Víctor Pérez Vera, señaló que el presupuesto 2012 privilegia la educación privada y perjudica a la estatal y pública, especialmente a la Universidad de Chile.
«En el Presupuesto no se incorporan los Aportes Basales a las universidades estatales que aseguren un trabajo de calidad y sustentable según estándares internacionales y tampoco reformula de verdad las becas y ayudas estudiantiles para asegurar gratuidad hasta al menos el séptimo decil de ingresos», explicó.
Pérez agregó que el 2011 el Estado entregó a su casa de estudios menos de 4o mil millones de pesos y la Universidad le dio docencia, formación, investigación, extensión, ayuda a la comunidad y políticas públicas que requirió recursos por cerca de $ 400.000 millones.
«Es decir, nuestro dueño nos entregó menos del 9% de lo que hicimos y todos los recursos son fiscalizados por la Contraloría General de la República. La Universidad de Chile es líder en docencia e investigación en el país, pero es víctima de la insensibilidad y lejanía del Estado con la educación pública«, afirmó el Rector.
La máxima autoridad universitaria también expresó su sorpresa porque “el presupuesto tampoco incluye fondos para restaurar y remodelar la Casa Central de la Universidad -que sufrió graves daños en el último terremoto y permanece clausurada- pese a que el Presidente se comprometió a inaugurar las obras durante su mandato”.
Pérez concluyó exhortando al Gobierno a aumentar los aportes basales a las universidades estatales y resuelva el problema del financiamiento estudiantil, así como llamando al Congreso para que cumpla con el compromiso de duplicar los aportes basales, «que en los países desarrollados superan al 50% del presupuesto de las universidades estatales, mientras que en la Universidad de Chile no llegan al 10%«.
Pérez además indicó que la reforma también debe abordar la Superintendencia de Educación Superior (transparencia y fiscalización de la ley), y una Ley de regulación del lobby.
“Es impresentable que se pretenda entregar aportes públicos vía fondos o convenios a universidades privadas nuevas (…) Esto es privatizar aún más el sistema de educación superior y mejorarles el negocio a unos pocos, sin importar para nada la calidad. Es como si se le entregaran recursos públicos a colegios particulares pagados o a clínicas privadas, en desmedro de los colegios municipalizados y hospitales públicos”, concluyó Víctor Pérez.
El Ciudadano