Educación gratuita, el origen de las riquezas, y un ejemplo de pueblo.

Apuntes para la reflexión del movimiento estudiantil

Educación gratuita, el origen de las riquezas, y un ejemplo de pueblo.

Autor: Wari

Apuntes para la reflexión del movimiento estudiantil.

“La teoría es el momento intelectual de la acción” (Fernando Hugo Azcurra).

El presente texto tratará de ser un aporte a la discusión actual sobre las problemáticas en la educación instaladas por el movimiento estudiantil, en la que la demanda está muy clara en cuanto a la exigencia de gratuidad propiamente tal, fundamentada en dos grandes ejes: uno meramente economicista y el otro de carácter normativo. Lo que en primera instancia no se manifiesta como algo negativo, de hecho, es una de las formas como se ha defendido masiva y mediáticamente el movimiento. Sin embargo, lo que creemos que no está muy claro es el trasfondo, es decir, el origen de la necesaria posibilidad de la gratuidad, ya que es en este fenómeno donde el debate podría pasar de ser meramente economicista y moral, a ser una discusión netamente de política y economía, o sea, de cómo se debe desarrollar y organizar la sociedad, generaríamos la sustancia necesaria para pasar de una rebelión en las salas a una revolución desde las salas a las calles y hogares, poniendo el argumento para acrecentar la fuerza de nuestra lucha.

Para lo anterior se intentará relacionar la demanda de gratuidad con la producción social de la economía de nuestro país, es decir, lo que posibilita contar con educación para todos, o sea, las arcas fiscales, los beneficios y excedentes del cobre y todas nuestras riquezas naturales, el origen del gran despojo que hacen las trasnacionales a nuestro país, el origen de las ganancias gigantes, el origen de que el PIB del país esté tan alto y sólo con cambiar el porcentaje de éste para educación bastaría. Para ser más concreto tenemos que respondernos dónde se origina que exista una deuda tan gigantesca en todos los que estudian en este país o en los que se endeudan por adquirir una casa.

Lo primero que habría que decir, es que a lo largo de la historia todas las sociedades han producidos riquezas y excedentes, donde en los sistemas de dominación son apropiados por las minorías en desmedro de las mayorías. En la actualidad, los capitalistas sustentan su apropiación de los excedentes, en su concepción ideológica del liberalismo económico, que hoy es de corte financiero y se impone sin pudor. Que fue fundado hace tiempo por Adam Smith que no por casualidad escribió su más emblemática obra con el título de: “La naturaleza y el origen de la riqueza de las naciones”, en el cual se dedicó a justificar que estas tienen su sustento en la capacidad empresarial, en el capital que se invierte, en la división del trabajo, en la técnica, en la ética y sacrificio del empresario, en el trabajo libre, el “asalariado”, la producción de mercancías intercambiables en un sistema que se “auto regula”. Por lo tanto, las demanda levantada de carácter economicista dan por obvio el origen de las riquezas y de la deuda, que es la forma como se manifiesta el excedente apropiado por el capital financiero, y por tanto no se preocupan de cuestionar el trasfondo político-económico, es decir, el origen del capital.

Para nosotros en cambio, el origen de las riquezas no es algo abstracto y al mirar la realidad entendemos que las cosas que el capitalismo transforma en mercancías son hechas por el trabajador a diario, como la educación, lo hecho en las fábricas, en los campos, en las minas y el mar; todo lo produce a diario el pueblo, y es también él quien vende los diferentes productos; es quien hace posible que las comidas estén en nuestras mesas; el asalariado es también el que atiende los bancos y los trabajos en la red. Al capitalista cuando uno le presenta un argumento como el anterior, responde que ellos son los que ponen la inversión, la maquinaria y/o materias primas, para que lo anterior sea posible, lo que es una gran mentira, por lo general fueron expropiaciones, resultados de dictaduras o grandes créditos que les da el Estado con la plata de todos por medio de los bancos. El primer crédito lo entrega nuestro pueblo cuando trabaja 30 días gratis, y para cuando pasa este tiempo el empresario ya vendió lo que hemos producido y ganó miles de veces lo que nos pagará sólo a fin de mes; como vemos el capitalismo se comienza a quedar sin escusas, pero nosotros podemos seguir argumentando, diciendo que ellos a fin de mes no nos pagarán por lo que trabajamos sino sólo lo necesario para vivir y seguir sirviendo como explotados; y si al trabajador no le gusta esto y se rebela, el empresario responde que existe un ejército de cesantes en espera al cual incluso le podría pagar menos y de esa manera nos hacen competir entre hermanos; actualmente cuando impera el capital financiero las cosas son más graves a tal punto que incluso cuando se carga la tarjeta BIP para el transporte, estamos entre todos generando el dinero que el capitalista invertirá en fracciones de segundos en empresas en China antes de que utilicemos el servicio, lo mismo pasa con la educación, la cual pagamos en los bancos, conglomerados que el empresario en segundos utiliza para invertir en Wall Street, y que luego de años se transforma en una deuda gigante que aumenta con más y más intereses, dejando a los pobres más pobres que antes, y apropiándose de todos los excedentes que producen las manos del pueblo trabajador, o sea, estudiantes, cesantes, trabajadores activos de todo tipo.

Al esbozar de manera superficial y sin gran análisis lo anterior, delatamos que la gratuidad, no sólo significa que todo lo nuestro se distribuya como queremos, más bien quien debe administrar los excedentes de la sociedad que hoy se manifiestan también como deuda, esa que todos tenemos, el punto es quién debe tener y organizar las riqueza, ¿los que se aprovechan del excedente y nos explotan a diario o los que lo producen?, entonces la educación no sólo podría ser gratuita, sino que debe ser administrada y sociabilizada por el pueblo, ya que los que tienen el poder no saben hacerlo, más bien su opulencia, sólo nos ha tenido agobiados por parte de la hegemonía dominante que nos deja sin salud, sin educación, sin vida, sin dignidad, sin naturaleza, sin nada.

Hoy en los tiempos que prima el capital financiero, como forma de apropiarse de las riquezas, el cual viaja de manera rapidísima generando transacciones económicas en segundos, haciendo así al capitalismo más brutal y demoledor que nunca, acrecentando las deudas de las personas y prologando las arcas de los poderosos. Cuando esto sucede es precisamente cuando los pueblos deben responder como lo ha hecho el estudiantado chileno, que ha aprendido a organizarse y desarrollar sus políticas a mayor velocidad que los capitalistas, con una flexibilidad y audacia única, que de manera revolucionaria ha ido despojándose de todo dogma y miedo, ubicándose a la izquierda de los partidos, mostrando que el educado debe enseñar al maestro, que el pueblo debe tomar lo que le pertenece y sociabilizar todo; cuando se actúa así, se comienza a dibujar la nueva realidad y las viejas fuerzas de la sociedad, se resisten, se estremecen y defienden con violencia y completamente desesperados, como el alcalde de Providencia, Labbé y su actuar contra el movimiento delatando sus verdaderos intereses de clase, para perpetuar el poder.

Como vemos ayer decíamos que el fantasma del comunismo todavía recorría el mundo, sin embargo hoy es el pueblo mismo que recorre las calles, liceos, universidades y hogares de Chile y el mundo mostrando que los cambios profundos y necesarios, se concretizarán de una vez y solo lo harán los que siempre han hecho todo, o sea, en el pueblo trabajador.

Manuel Núñez

Septiembre 2011

Tomado de www.marxismo.cl

Texto -de origen externo- incorporado a este medio por (no es el autor):


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