El personaje más importante de la serie tenía una vida muy distinta a la de todos (ALERTA DE SPOILERS).
Terminó la séptima temporada de “Juego de Tronos” y con ella quedaron miles de interrogantes que tendremos que espera un año o quizás más para resolver. (SI NO ESTÁS AL DÍA CON LA SERIE DEJA DE LEER EN ESTE MOMENTO).
Entre las más importantes, está conocer realmente al padre de Jon Snow, Rhaegar Targaryen.
Por si no pusiste la debida atención en el último episodio, Rhaegar anuló su matrimonio con Elia Martell y se casó con Lyanna Stark, lo que significa que Jon Snow, además de ser su hijo, no es un bastardo. Pero el cómo llegamos a eso es lo que muchos de nosotros nos estaremos preguntando.
Partamos con el nacimiento del hijo mayor de Aerys II Targaryen. Rhaegar llegó al mundo el año 259 antes de la Conquista en la época del Refugio Estival, tiempo en el que el castillo con este nombre se consumió por las llamas y con él el rey Aegon y su hijo heredero del trono. Por eso se dice que Rhaegar siempre estuvo melancólico y callado, por los acontecimientos que le sucedieron al nacer.
Con el tiempo, el príncipe Targaryen aprendió música y lectura más que cualquiera en los Siete Reinos. Solía ir a las ruinas del Refugio Estival y componer canciones que hacían llorar a cualquier mujer que las escuchara, con su arpa. Entre ellas Cersei Lannister, quién deseaba casarse con él.
Era una persona amable y tranquila, de hecho, de los muchos personajes del reino, él era el más querido por todo el pueblo.
Sin embargo, un día decidió que tenía que dejar los libros y su instrumento para ser caballero. “Necesitaré una espada y una armadura. Parece que debo ser un guerrero”, le dijo a uno de sus escuderos. Se dice que leyó en un texto que él sería el príncipe prometido, por lo que debía aprender a defenderse.
Sus habilidades en batalla comenzaron a mejorar. Tanto que en el famoso torneo de Harrenhal, Rhaegar ganó a cada uno de los oponentes y se llevó el mayor premio: la corona de rosas invernales. Corona que debía dejar en el regazo de su esposa, la princesa Elia Martell.
Pero hizo todo lo contrario y la apoyó en las piernas de Lyanna Stark, hermana menor de Eddard, quien estaba prometida con Robert Baratheon.
Desde ese momento, las miradas de ambos se cruzaron y se enamoraron. El problema es que el mundo entero entendió otra cosa. La casa Stark pensó que se habían raptado a Lyanna (siendo que ella se había escapado bajo su propia voluntad) e iniciaron una guerra para recuperarla junto a Robert Baratheon: la rebelión de Robert.
Durante los primeros meses, Rhaegar se escondió en el sur con Lyanna y anuló su matrimonio con Martell para casarse con la menor de los Stark.
Cuando decidió ir a pelear, la dejó custodiada por tres caballeros de la Guardia Real en una torre. Sin embargo, Ned Stark la encontró y cuando planeaba llevársela a casa, Lyanna murió en el parto de su único hijo: Jon Snow.
Que por cierto se llama Aegon Targaryen.
Rhaegar, por su parte, falleció a manos de Baratheon en el campo de batalla. Y con él, la dinastía Targaryen. Al menos eso creían todos, pero Jon Snow les va a dar una buena sorpresa a varios.