Muchas mujeres recurren día a día a pruebas de embarazo para confirmar, o no, si están embarazadas (ya sea planificado o por sorpresa).
La realidad es que aunque todas crean que saben exactamente cómo funciona este método, hay algunos detalles que tod@s tendríamos que conocer:
1. El precio del test no hace ninguna diferencia
Todos conocemos los tests de embarazo más populares gracias a su publicidad y la mayoría de las mujeres recurren directamente a esas marcas, aunque sean tres veces más caras que otras. Pero la realidad es que todas las pruebas miden la misma hormona y no hay mucha ciencia detrás de eso, por lo que no hace falta que busques la marca más conocida o más cara. Además, siempre es necesaria una segunda prueba para confirmar que el resultado sea acertado.
2. El momento en que realizas la prueba es crucial
Deberías seguir al pie de la letra las indicaciones dentro del test. En ellas te advierten que la prueba debe realizarse con la primera orina de la mañana o luego de retener orina mínimo por 3 horas. Esto tiene un motivo y es que la hormona del embarazo, Gonadotropina Coriónica Humana (HCG), está mas concentrada a esa hora. De lo contrario puedes orinar y tener un resultado erróneo. Puede que tomes la prueba a cualquier hora y aún así obtener un resultado positivo, pero los resultados serán más claros si la realizas a la hora indicada.
3. Existe el falso negativo
No es sólo la hora, sino también el momento del mes que influyen en esta prueba. El resultado puede ser negativo si por ejemplo te realizas el test muy pronto como para que aparezcan niveles de HCG. Se recomienda tomar el test desde el primer día que no llegue tu periodo menstrual, o en caso de que seas irregular al menos 21 días después de la ultima vez que tuviste relaciones sexuales. Así que si tus síntomas continúan y el test indicó que no estabas embarazada en tu primera prueba, espera unos días y prueba nuevamente.
4. No existe un test de embarazo que te diga el sexo del bebé
Este mito siempre ha existido y debería ser derrumbado, ya que ninguna cantidad de orina u hormona acumulada podría revelarte el sexo del bebé. Y si alguna prueba promete decírtelo, está mintiendo.