Los científicos han puesto de relieve un síntoma poco conocido de la enfermedad de Alzheimer que podría ayudar a proporcionar un diagnóstico más temprano en los pacientes: se trata de la pérdida del olfato. Descubre los detalles de esta investigación.
Aunque se piensa que el daño inicial al cerebro de la demencia se produce hasta 20 años antes de que aparezcan los síntomas, actualmente no hay pruebas para confirmar si esto es verdad o no.
No obstante, ahora, los científicos de la Universidad McGill (Quebec) creen que han encontrado un posible vínculo entre la pérdida del olfato con la indicación temprana de la enfermedad.
Mientras que a todos se les pidió identificar perfumes fuertes como de chicle, gasolina y limón, 100 de ellos también se ofrecieron a tener punciones lumbares regulares para medir las proteínas relacionadas con la enfermedad en su líquido espinal.
Los investigadores encontraron que aquellos que tenían mayor dificultad para identificar los olores eran también los que tenían más indicaciones biológicas de la enfermedad de Alzheimer.
Marie-Elyse Lafaille-Magnan, autora del estudio, explicó que esta es la primera vez que alguien ha sido capaz de mostrar claramente que la pérdida de la capacidad de identificar olores se correlaciona con marcadores biológicos que indican el avance de la enfermedad.
Asimismo, precisó que durante más de 30 años, los científicos han estado explorando la conexión entre la pérdida de memoria y la dificultad que los pacientes pueden experimentar en la identificación de diferentes olores.
En su opinión como experta, esto tiene sentido porque se sabe que el bulbo olfatorio (involucrado con el sentido del olfato) y la corteza entorrinal (involucrados con la memoria y el nombre de los olores) están entre las primeras estructuras cerebrales que primero se ven afectadas por la enfermedad.
Aunque no hay actualmente ningún tratamiento para la enfermedad de Alzheimer, los expertos dicen que esta prueba del olor se podría utilizar para seguir la enfermedad antes de que otros síntomas aparezcan e incluso para reducir los síntomas una vez que comienzan.
El Dr. John Breitner, director del Centro de Estudios sobre Prevención del Alzheimer Enfermedad en la Universidad de McGill apuntó que si se puede retrasar la aparición de los síntomas al menos por cinco años, cabe la posibilidad de reducir la prevalencia y la gravedad de estos síntomas en más del 50 por ciento.
Aunque que los investigadores tienen esperanzas, reconocen que todavía es necesario realizar muchas más pruebas en esta dirección y que, de momento, el olfato por sí solo no debe ser utilizado para diagnosticar la enfermedad.