Cualquiera creería que en un proyecto exitoso los lazos entre las personas que participan son más fuertes que cuando las cosas no van bien. Sin embargo, ésa no es la ley de la televisión, donde el equipo de Fanny, la fan, por ejemplo, se unió luego de salir del aire o Facundo Arana y Julio Chávez se odiaron en medio del éxito de Farsantes. En ocasiones, la tensión es tal que hay actores que dejan de hablarse, terminan a los golpes… o enamorados.
Estas historias secretas de ficciones populares son el centro de una serie de telefilms de la señal de cable Lifetime. La historia no autorizada muestra cada miércoles, a las 23, el escandaloso detrás de escena que muchos ni imaginamos. Inspirados en estas historias, revelamos aquí qué pasaba en las grabaciones de cinco series que todos recordamos.
BEVERLY HILLS, 90210
En la década del 90 las adolescentes morían por Dylan y Brandon, mientras que los espectadores jóvenes suspiraban por Brenda y Kelly, los protagonistas de la ficción Beverly Hills 90210. Los estilos de las dos chicas no podían ser más diferentes: la primera, morocha y rebelde; mientras que su amiga era rubia y refinada. Detrás de los personajes estaban las actrices Shannen Doherty y Jennie Garth , quienes tampoco se parecían en nada cuando las cámaras se apagaban y se detestaban.
El conflicto entre ambas era tal que no se hablaban en el set más allá de las escenas que compartían, que los guionistas debían administrar a cuentagotas para evitar problemas. Pero nada impidió lo inevitable: un día, las dos se trenzaron en una discusión que terminó con golpes y tironeos de pelo.
El suceso obligó al creador de la serie, Aaron Spelling, a tomar fuertes medidas y despidió a Doherty, cuyo personaje se fue de viaje a Londres y nunca volvió. Ese episodio, y otros vinculados a las consecuencias de dejar a una decena de jóvenes hormonales sueltos, están presentes en la versión de Lifetime.
ALF
Todos recuerdan al extraterrestre narigón y bastante malhumorado que cayó en la casa de los Tanner a finales de la década del 80, aunque pasaron un par de años antes de que se estrenara en la Argentina. Sin embargo, las risas que generaban sus episodios no se repetían en las grabaciones, en donde el clima era el de una verdadera pesadilla. Y el principal motivo era el mismísimo Alf, un muñeco complejo de manejar para la época, cuando la televisión no contaba con trucos digitales.
En la mayoría de las escenas, cuando se veía sólo el torso del alienígena, se trataba de un títere, al que había que manejar electrónicamente para que hable y pestañee. Cuando se lo necesitaba de cuerpo entero, el húngaro Michu Meszaros se metía en un traje caluroso e incómodo.
Esto volvía lentas las grabaciones, con innumerables repeticiones, lo que fomentó tan mal clima que cuando se terminó de grabar el último episodio, los actores simplemente se fueron a sus camarines sin saludarse y nunca más volvieron a verse o a hablarse.
FULL HOUSE
También conocida como Tres por tres, esta comedia mostraba la vida de tres niñas que eran criadas por su padre separado y sus dos tíos. La menor de las protagonistas era, en realidad, dos: las gemelas Olsen, quienes se repartían escenas para no cansarlas y para facilitar las largas jornadas de grabación.
Pero parece que ni siendo dos fue suficiente para atravesar el agotador ritmo de trabajo, que despertó en las pequeñas malos comportamientos y caprichos, con llantos y berrinches incluidos, nada demasiado inusual cuando se tiene tres años. Un día John Stamos , el bonachón tío Jesse, se puso firme y pidió que las despidan. Le hicieron caso, pero el público le dio la espalda al ciclo y debieron volver a llamarlas y regresaron siendo incluso más complicadas que antes.
A pesar de las peleas y los celos porque algunos personajes tenían más protagonismo que otros, el tiempo curó las heridas y el elenco se reunió para hacer una continuación en Netflix… pero sin las Olsen.
ROSEANNE
Considerada por muchos críticos como una bisagra en la televisión estadounidense, Roseanne se animó a mostrar una familia que no era perfecta y que sufría los vaivenes económicos de comienzos de los 90. Su éxito sorprendió incluso a sus creadores y al terminar su primera temporada, en 1988, era el segundo programa más visto de los Estados Unidos.
Culminó en 1997 y para ese entonces Roseanne Barr, la protagonista, tuvo tres maridos, cada uno de los cuales participó de alguna manera en el ciclo, ya sea dentro o fuera de la pantalla, trayendo los problemas maritales al trabajo y generando confusión entre sus compañeros de trabajo.
Lo peor llegó en las últimas dos temporadas, cuando la protagonista, peleada con el canal y con la rutina de hacer siempre el mism personaje, alteró la esencia de la serie y sugirió cambios que dejaron en shock a la audiencia, haciendo que la familia ganara la lotería; su hija saliera del closet y se insinuó que su hijo era un asesino serial.
SALVADOS POR LA CAMPANA
Muchos la consideran la primera historia para adolescentes que cautivó de manera global: seis compañeros del secundario viven distintas aventuras en el colegio, incluyendo los primeros despertares sexuales y hasta las drogas. Sin embargo para los actores, que eran virtualmente desconocidos hasta el estreno del ciclo, el éxito inmediato en los Estados Unidos se volvió una maldición, debiendo crecer bajo el ojo público mientras trataban de mantener una buena imagen de sus populares personajes tanto dentro como fuera de la pantalla.
La peor parte se la llevaba Dustin Diamond, el atolondrado Screech, mientras que Mark-Paul Gosselaar y Mario López hacían suspirar a adolescentes de todo el mundo, él crecía acomplejado y con resentimiento, generando mucha tensión en las grabaciones. En 2009, el actor publicó una autobiografía en la que aseguró que todos los miembros del adolescente reparto salvo él se acostaron juntos, protagonizaron tríos y que incluso consumieron drogas durante el rodaje de la serie.
La versión de Lifetime, que se estrenará el miércoles 30 de agosto, muestra algunos de estos secretos.