Karen DeMatteo (imagen arriba), bióloga de la Universidad de Washington en Saint Louis, Estados Unidos, lleva una década trabajando en un proyecto para proteger a cinco especies de carnívoros amenazados: el jaguar, el puma, el ocelote, el leopardo tigre y el perro venadero. El trabajo se realiza en el norte de Argentina, donde estos animales están sobreviviendo en bosques aislados y fragmentados por la acción humana.
El estudio, publicado en la revista PLoS ONE, examina las opciones para mitigar el impacto antropogénico sobre estas especies, y para esto se ha valido de la ayuda de perros domésticos.
«El trabajo detalla un plan de bajo costo para el desarrollo de un corredor biológico para varias especies, que conecte áreas protegidas en la Región del Alto Bosque Atlántico de Paraná, en Misiones, Argentina», explica la autora, citada en Sinc.
El equipo científico, compuesto además por investigadores argentinos y brasileños, entrenaron perros para detectar las heces de las especies mencionadas en reservas de vida silvestre pública y privada, en plantaciones de propiedad privada, en granjas y pastos, y en carreteras y vías.
En el transcurso de varios veranos sucesivos, el equipo analizó el ADN de 900 muestras de heces. Con la ayuda de los perros y su olfato superior, los investigadores pudieron desarrollar detallados mapas de estos hábitats y de los lugares en que suelen rondar los animales salvajes.
En el caso del jaguar, la supervivencia puede depender de la creación de corredores de hábitat que conecten las áreas aisladas de la población, puesto que esta especie no suele atravesar las áreas habitadas por los humanos. Al ser tan elusivos, algunos estudios sugieren que los corredores de hábitat diseñados para los jaguares también cubrirían las necesidades de otras especies.
Pero el enfoque de DeMatteo es diferente; propone superponer las necesidades de varias especies en un mismo corredor. «A pesar de presentar diferentes tamaños, el jaguar, el puma, el ocelote, el leopardo tigre y el perro venadero superponen sus requisitos ecológicos», afirma. Usar solo un corredor para el jaguar supondría que la distribución de las otras cuatro especies se vería restringida hasta en un 30 por ciento.
Al combinar los datos de los cinco animales, los autores lograron desarrollar un modelo que presenta la mayor conectividad de hábitat posible para todas. Además redujeron costos al establecer el corredor a través tierras y comunidades privadas.
Vía Sinc
El Ciudadano