El viernes de la semana pasada el sacerdote Fernando Karadima sufrió un infarto y tuvo que ser internado de urgencia en el Hospital Clínico de la Universidad Católica. El hecho motivó la pronta reacción de una parte del estudiantado de esa institución; jóvenes que se manifestaron en la fachada del recinto y realizaron un juicio haciendo una comparación entre la estadía del hombre condenado por abusos sexuales –por El Vaticano– y la objeción de conciencia que adoptó la red de salud.
«Refleja un discurso incoherente que tiene la universidad muchas veces. Esto se relaciona mucho con el aborto. Rechazar atender a mujeres en una situación de inocencia, de vulnerabilidad, pero le abrimos la puerta ancha a un abusador de niños y jóvenes…», declaró a este medio hace dos días Sofía Barahona, presidenta de la Federación de Estudiantes (FEUC).
Un día después de la polémica el ex párroco de El Bosque, Karadima, fue dado de alta. Así lo relata una nota de El Mercurio, en la que se informa que el hombre de 86 años ya está de vuelta en el Hogar de Ancianos San José de Lo Barnechea, lugar elegido para cumplir esta especie de sentencia eclesiástica que recibió por parte de la «Santa Sede». Cabe recordar que la medida condenó a quien fuera por largos años el cura de parte de la elite a «una vida de oración y de penitencia».
Revisa la nota de El Ciudadano de este martes, en la que Sofía Barahona rechazó la objeción de conciencia institucional por parte de la UC en materia de aborto tres causales, y criticó la estadía de Fernando Karadima en un recinto de la misma universidad.