Sin contar aún con los permisos y menos con la autorización ambiental, Endesa y el grupo Colbún ya comenzaron la campaña para instalar las centrales en los ríos Baker y Pascua, en Aysén. Aprovechando la crisis de energía, se quiere instalar la energía hidroeléctrica como la mejor alternativa para Chile.
Bernardo Matte, Presidente de Colbun, conoce desde adolescente la Región de Aysén. Confiesa que constantemente ha ido a bucear en sus costas, internarse en los valles de sus ríos o tirarse en raffting por el río Baker. Pero desde que la empresa de su grupo, Colbún, se uniera con Endesa para la creación de cuatro centrales hidroeléctricas en los ríos Pascua y Baker, su ánimo ha cambiado. «Me duele hacer una represa en el Baker, pero soy realista y quiero hacerlo de la mejor forma posible y si no lo hago yo lo hará otra empresa»- confesó a El Ciudadano. Ya no son los prístinos paisajes ni las correntosas aguas lo que lo motiva, sino las ganancias que tendría si llegan a generar los 2.430 megawatts de potencia, en tiempos en que la energía escasea. No por nada la inversión estimada es de US$ 4.000 millones. Negocios son negocios.
El proyecto, cuyos ejecutores piensan iniciar su construcción el 2008 y 10 años después tener las cuatro centrales funcionando, produciría casi cuatro veces la energía que hoy produce la Central Ralco y se estima que inundaría 9.300 hectáreas. La cifra es descomunal para la apacible tranquilidad de Cochrane, en donde hace tiempo que camionetas de empresas contratistas van y vienen realizando sondajes, e incluso se ha instalado un campamento en la junta de los ríos Baker y Chacabuco, pese a que se estima para el 2008 la concesión de la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC), para realizar los estudios. Y es que Endesa, en Ralco aprendió la lección. Puso los campamentos, construyó el muro, dio ofertas a los pehuenches que allí vivía y después obtuvo los permisos. Total, la multa no supera el millón y medio de pesos.
También ya ha firmado acuerdos con distintos centros de estudio para la evaluación del proyecto. Según información de la propia Endesa, los contratos están listos con las universidades de Chile, Católica, de Concepción, Central, de Valparaíso, Bolivariana, Austral y Mayor. A juicio del ecologista Juan Pablo Orrego, de Ecosistemas, «esto puede significar que se compró ya estudios favorables. Si se espera ya para 2 años el trámite de los permisos se está tratando de evitar lo que pasó en Ralco, en donde 22 organismos fiscalizadores y centros de estudio recomendaron la inviabilidad de la central». Así las cosas, no quedan investigadores ni centros de estudios para entregar argumentos técnicos independientes. En tanto, comenzó la campaña en la prensa sobre los beneficios de la «energía limpia» a partir del agua, la política comunicacional está a cargo de Eugenio Tironi ¿Quién más?
BOSQUES DE LENGA Y COIGÜE
Se estima que el área a inundar serían 9.300 hectáreas del valle del río Baker, que nace en el lago Bertrand y tiene una longitud de 165 kms, siendo uno de los más caudalosos de Chile. Su valle fue remontado por primera vez en 1899 por el explorador Hans Steffens, quien le dio el nombre, como también a los ríos Bravo y Pascua. La colonización del lago General Carrera provino desde Argentina en la primera década del siglo XX.
En la zona encontramos bosques de lenga y coihüe que cubren las escarpadas riveras del río y en la orilla sur un microclima de agradables temperaturas y menor pluviosidad permite el cultivo de productos de la zona central. Allí también habitan aves como el carpintero negro, la cachaña, el hued hued o el chucao, entre otras 15 especies endémicas de la Patagonia. Río arriba sobreviven colonias de guanacos y el casi extinto huemul.
De concretarse el proyecto quedarían bajo el agua los valles de los ríos Murta, lbáñez, Aysén, Cisnes, Palena, Futaleufú, Rosselot, Figueroa, Reñihué y Puelo, todos en la línea de transmisión.
¿ENERGÍA PARA QUÉ?
En una entrevista dada a LND durante el año pasado, el Ministro de Economía de Lagos, Jorge Rodríguez Grossi, argumentaba que «El proyecto equivale a cuatro mil millones de dólares. Te puedo asegurar que no hay ningún inversionista en el mundo que vaya a meter esa plata en un proyecto si no está convencido de que hay demanda para el producto que va a elaborar. De aquí al 2016 necesitamos 8.000 MG… ¿A mí qué me importa que la empresa sea española? Es inaceptable que traten de impedir los estudios previos de Endesa. Es antipatriótico».
Consultado por El Ciudadano sobre la necesidad de construir esta central, Bernardo Matte señaló que «Estoy lejos de decir que se van a construir. Este es un clásico proyecto que si Chile quiere que se haga se va a hacer y si no quiere no se hace. Es el país el que decide».
¿Chile necesita energía? ¿Es antipatriótico entonces rechazar la central de Aysén?
Luego de la crisis del gas, el tema energético se tomó la discusión pública. Endesa y el gobierno entraron de lleno al tema, argumentando que el crecimiento del país requiere aumentar su potencia instalada en 5 mil MW adicionales en diez años. Las soluciones propuestas son nuevas centrales a carbón y el proyecto hidroeléctrico de Aysén para aumentar la potencia instalada, que hoy llega a 10 mil MW. Por ello, de concretarse el proyecto, la energía producida cruzaría 2 mil kilómetros para llegar hasta Santiago a través del Sistema Interconectado Central (SIC), que va desde Chiloé hasta Tal Tal. Claro que la necesidad energética es de los grandes consumidores, no de toda la población. Se estima que la minería y la industria concentran el 63% de esta demanda.
A juicio de Juan Pablo Orrego, «Como el SIC llega hasta Tal Tal y la idea es llevarla directamente a Santiago, se podría dar la paradoja que energía se devuelva de Santiago hacia el sur. Es un proyecto que necesita una línea de transmisión de 2 mil kilómetros de largo atravesando 7 regiones. ¿Porqué no la bajan en Puerto Montt y se ahorran mil kilómetros? ¿Para qué llevarla hasta Santiago? La respuesta es obvia: la energía la requieren los proyectos mineros en el norte, como Pascua Lama».
El ecologista propone seguir el ejemplo de California, en donde la demanda energética se desacopló de la economía y hoy esta última crece a un 4%, en tanto que la primera sólo a un 2%.
PASIVOS AMBIENTALES
Si bien la producción hidroeléctrica no genera combustión, ni arroja gases tóxicos a la atmósfera, están lejos de ser ambientalmente sustentables como se señala en la campaña iniciada por Endesa en la prensa.
Las 9300 hectáreas a inundar, no sólo terminarían con los centenarios bosques, también provocaría la emigración de miles de especies de la zona, lo que ejercería presión sobre las mismas especies que viven en los hábitat circundantes. El muro de la represa, por su parte, impediría la migración de los peces, lo que afecta su cadena trófica y el desove.
Pero el daño mayor lo provoca la acumulación de sedimentos en el fondo de la represa, que con el tiempo convierte el lago artificial en un pantano, donde se acumulan también metales pesados, y termina por inutilizar la propia casa de máquinas de la central. Se estima que estas centrales tendrían una vida útil de 40 años. Después es un pasivo ambiental dejado en la zona, ya que el desmantelamiento no corre por cuenta de nadie y el río pierde toda su capacidad de regular el caudal.
Coyhaique, Villa O’higgins y Tortel hoy tienen sus propios subsistemas de producción eléctrica, aunque el costo de la energía allá es mayor que en el resto del país. Orrego propone que, como en el río el Salto Endesa contempla hacer una central de caída para alimentar las faenas con 20 MW de potencia instalada, «esa potencia duplica lo que tiene toda la región. Si hablamos de energía para Aysén, la región es rica para autoabastecerse. Perfectamente se podrían armar cooperativas ciudadanas con tremendos subsidios, con apoyo de la CORFO para instalar pequeñas centrales de caída gestionadas por la misma comunidad».
Consultada por El Ciudadano, la directora nacional de la Conama, Ana Lia Uriarte, se limitó a señalar que «sólo podemos garantizar información ambiental fidedigna, con datos validados y posibles de ser confrontados con universidades. Es decir, información ambiental transparente e imparcialidad en la evaluación. A nosotros nos interesa efectivamente que este país tenga energía, pero no a costa del medio ambiente».
SILLAS MUSICALES
Cuando al ministro de Obras Públicas, Eduardo Bitrán, se le preguntó acerca de su decisión de pasar el camino que cruzará Pumalín justo por donde la empresa Transelec había diseñado pasar su línea de transmisión, en circunstancias de que el mismo fue parte del directorio y del comité estratégico de la compañía, se limitó a responder que le era «enojoso y molestoso ese tipo de insinuaciones… No creo en lo que se está diciendo, que las únicas personas que podrían eventualmente ejercer cargos públicos son aquellas que nunca hayan tenido participación en el sector privado. Eso me parece ridículo.» El Mercurio, 17 de octubre de 2006.
Imposible, le faltó responder al ministro, ya que desde la privatización de Endesa en 1989 hay una rotación constante entre cargos públicos y privados en el sector eléctrico. El primero fue José Yuraszeck (UDI), quien de la gerencia general de la estatal Chilectra Metropolitana pasó en pocos años al control total del grupo Enersis. Ya en democracia, Jorge Rosenblut (PPD) pasó de subsecretario de Frei al directorio de Chilectra, tiempo después de haberse encargado de presionar a los servicios públicos para que aprobaran la central Ralco.
Y el juego sigue: Mario Marcel, economista PS, director de Presupuesto de Lagos y hasta hace poco a cargo de la Comisión de Reforma Previsional, ahora ocupa el sillón dejado por Bitrán en Transelec. Lo acompañó en la travesía Jaime Estévez (PS), quien del Banco Estado pasó al directorio de Endesa. El juego no tiene para cuando terminar, así que el último que apague la luz.
BUENOS NEGOCIOS
Un cálculo de la misma Endesa, publicado en octubre, señala que tal empresa registró utilidades por $142.942 millones, cifra que significa un aumento del 74,9% respecto del mismo período del año 2005. El resultado operacional aumentó en un 24,4% respecto del mismo lapso de 2005, lo que es producto del aumento en la producción de energía a raíz de la favorable hidrología y de la subida en los niveles de embalses alcanzados durante este año.
Sólo en Chile, Endesa tiene 23 centrales con una capacidad instalada de 5.257 MW y en toda Latinoamérica 57 centrales, que le reportan una capacidad de 14.994 MW. La participación de las propiedades de cada filial muestra que Chile contribuye con un 76,3%, Colombia, con un 10,3%; Argentina, con un 7,8%; y Perú, con un 5,6%.Fuente: Endesa
EL PROYECTO
El proyecto original contempla instalar dos centrales por cada afluente, las cuales generarán en conjunto unos 2.500 MW, que serán incorporados al Sistema Interconectado Central, energía equivalente al tercio de la totalidad generada por el SIC, entre Taltal y Chiloé
La empresa contempla realizar hasta el 2007 los estudios de prospección, el 2008 tramitar los permisos y a fines de ese año iniciar la construcción de la primera central, Baker I, con capacidad de generar 680 MW, y que entraría en funcionamiento el 2012, inundando 2.300 hectáreas. Dos años después se inaugurarían las centrales Pascua 2 (940 MW y 900 hectáreas a inundar), Pascua 1 (450 MW y 500 hectáreas a inundar) y Baker 2 (360 MW) que inundaría 5.600 hectáreas.
Entre los beneficios propuestos para la zona se contempla la mejora de la infraestructura vial entre Coyhaique, Cochrane y Villa O’Higgins, en tanto que en su momento peak (2010-2011) se espera tener a 3.800 empleados en faena. Una vez en operaciones (2018) los empleos producidos serían menos de 100. Todo, de aprobarse el proyecto.
Mauricio Becerra