Las Fuerzas Armadas dejaron hoy la favela de Rocinha, la mayor de Río de Janeiro, tras ocuparla durante una semana para sofocar un ola de violencia, pero pueden volver «en cualquier momento», informó el ministro de Defensa, Raul Jungmann.
«Si vuelven (los narcotraficantes), volveremos», dijo el ministro a periodistas tras participar en una conferencia sobre Defensa en Río de Janeiro, en alusión a los enfrentamientos entre bandas que se disputan el control de puntos de ventas de drogas y que motivaron la ocupación, en la que participaron mil militares con diez blindados.
Las Fuerzas Armadas permanecieron en Rocinha desde el viernes de la semana pasada, después de varios días de intensos tiroteos que hasta llegaron a interrumpir las clases en las escuelas de la zona.
El Gobierno brasileño reaccionó enviando a los militares, que durante la ocupación realizaron varias operaciones para detener narcotraficantes e incautar armas y drogas en la barriada.
«Las clases ya fueron retomadas y las personas están circulando», afirmó Jungmann.
El ministro también aseguró que la presencia de 10.000 militares y policías en Río de Janeiro desde hace dos meses frente a la ola de violencia que viven el estado y la ciudad más turística de Brasil es «positiva», pero resaltó que «lo que fue construido a lo largo de décadas (por el crimen organizado), no será destruido en semanas».
Jungmann reiteró que la orden de ataque a Rocinha la dio Antonio Bonfim dos Santos ‘Nem’, antiguo líder de una banda que opera en la favela y quien se encuentra preso en una cárcel federal del estado de Rondonia, en el norte del país, desde 2011.
El ministro dijo que no se puede tolerar que un delincuente preso en otra región del país ordene desatar «una guerra en Rocinha» y apuntó que para acabar con el crimen organizado en Río de Janeiro deben unirse Justicia y la Policía para atacar directamente el problema.
«Propusimos una investigación federal integrada por jueces y policías dedicada exclusivamente a Río de Janeiro. La idea para combatir el estado paralelo, el crimen organizado, el tráfico de drogas, el tráfico de armas, tuvo una buena receptividad de la Fiscalía general», explicó.