Y en medio de un torbellino de proyectos de ley, flamean banderas chilenas.
Con o sin urgencia Bachelet ha conseguido cerrar futuras disposiciones para legislar en materias tan relevantes como Migraciones, Matrimonio Igualitario y AFP. Nunca habíamos tenido una mesa tan abundante ni tan suculenta para sentarnos a debatir, y aunque parezca una travesura del actual gobierno para apretar a la oposición, todos son asuntos que debemos convenir, dialogar e impulsar.
Esto no significa que los proyectos aparentemente liderados por Bachelet estén finalizados ni mucho menos bien desarrollados. Estamos lejos de ello. Sin embargo, la presidenta ha comprometido el legado de su gobierno al implementar reformas como la tributaria, laboral y educacional o al fomentar la exitosa despenalización del aborto terapéutico.
Sea como sea, no desmerezcamos la labor, aunque incompleta, confusa y caótica, de una mandataria empeñada en aferrarse a nuestra historia reciente como una reformista.
Y es que Bachelet no tiene segundas lecturas. No es estratega ni acarrea más vicios que los que ha debido pagar por su descendencia. Si tuviera que tener segundo oficio probablemente en nuestros días sería la encargada del primer pie de cueca, la de entonar la palla o la de los brindis. A Bachelet se le puede enrostrar un sinfín de innumerables acciones mal hechas, mal comunicadas y mal ejecutadas, pero no se le puede decir que no es patriota. Ama a su Chile natal. Y si eso va en desmedro del crecimiento económico, pues que así sea. Sino preguntárselo a los renunciados ministros Valdés y Céspedes.
Es así como entre himno nacional, guirnaldas pencas, fondas canceladas en Providencia o copihues florecidos prematuramente, el gobierno tantea las últimas apuestas remeciendo el suelo más tradicional de nuestra comunidad. Qué mejor despedida frente a un mandato tan INCÓMODO como el segundo de Bachelet, que dejar con algo de urgencia el proyecto de ley de Matrimonio Igualitario, el que intenta poner punto final a la más triste de las desigualdades, la única en el país que no viene heredada de lo socioeconómico; el simple derecho a contraer el vínculo civil con quién escojamos.
Valioso es que RN no se someta excepcionalmente a una postura única y permita que el país y la coalición que representa, respire. No es casualidad que Luis Larraín vaya por Evópoli, y se agradece que los poderes que provienen del periodismo y del costado más liberal de la política, estén sumando voces a diario que le cantan a un Chile que anhela meterse en el paquete de los países con valores sociales afines a los tiempos que corren.
Por ahí aparecen también los que se suman a la causa, pero se restan al debate sobre la adopción homoparental, asumiendo que la ausencia de arquetipos – femenino y masculino- podría repercutir en la identidad sexual del niño. Como si en Chile no hubiese hijos criados por aquelarres de mujeres, sin figura paterna presente, o al revés. Sería desestimar a mujeres y hombres solos que han tenido la valentía de formar y que trasciende con quién compartan la cama.
El caso es que Bachelet agita por última vez el pañuelo, se despide en noviembre y todo indica que la próxima cueca la baila Sebastián Piñera. Al menos así lo muestran las encuestas de forma sostenida (Cadem, Adimark, CEP, etc.), en las que las sorpresas han estado dadas más bien por las intrigas de Gobierno, las riñas callejeras del Frente Amplio o los berrinches de Goic y sus insignificantes subidas y bajadas de votantes, más que por un Piñera que ha salido insólitamente robustecido del proceso de campaña.
Y aunque Bachelet y su espíritu reformista ha dejado entrever que los ánimos y la buena voluntad están más presentes que el ojo calculista, programático y eficiente como para que un proyecto de ley sea exitoso, al menos en educación o AFP, aún puede pulirse, ajustarse, contemplarse con alturas de miras. Lo que es inadmisible es que no reconozcamos un matrimonio igualitario, no dotemos de los mismos derechos a aquellos que comparten nuestros mismos deberes, lo que es inaceptable es no modificar un artículo de ley que discrimina abiertamente a nuestros pares y les exige exactamente lo mismo.
El músico chileno Raúl Alarcón, más conocido como Florcita Motuda, recordado por sus extravagantes y experimentales interpretaciones nos comparte algunas ideas:
¿Trago favorito?
La vaina pero bien a lo lejos
Del 1 al 10 ¿qué tipo de bebedor eres? (Entendiendo 10 como el más alto)
2
Del 1 al 10 ¿Qué tipo de músico eres?
Un músico MISTICO RADIACTIVO
¿Qué NO bebes por ningún motivo?
ALCOHOL FUERTE
¿Cuál es la peor idea que se te ha ocurrido con trago?
NINGUNA….con trago no me inspiro nada
¿Cuál es tu canción preferida?
GENTE en versión sinfónica
¿Y la más odiada?
Ninguna. Pues todas representan algo
¿Te escuchas a ti mismo?
Por supuesto puhh!!
¿Qué cantarías en una fonda?
«CIRCULACIÓN PRIMAVERAL DEL SEXO(O….QUINTRALADA»)
¿Cuál ha sido el gran tema del 2017?
Para mí han sido mis últimas composiciones «ORACIONES RADIACTIVAS PARA ATEOS»
¿Qué le cantarías a Bachelet?
NADA
¿A Chile?
«CHILE TE QUIERO»
¿A la Iglesia Católica?
NADA
¿A Trump?
NADA
¿Por qué brindamos hoy?
Por el Frente Amplio la Pamela Jiles y mi amigo Alberto Mayol.