Acampados de Wall Street anuncian su regreso

Pese a que esta mañana la policía neoyorquina desalojara la Plaza de la Libertad, donde en septiembre naciera el movimiento más grande de protesta en Estados Unidos, los manifestantes rescatan la experiencia y redes armadas, planean seguir en asambleas abiertas y seguirán manteniendo la llama del movimiento

Acampados de Wall Street anuncian su regreso

Autor: Mauricio Becerra

Pese a que esta mañana la policía neoyorquina desalojara la Plaza de la Libertad, donde en septiembre naciera el movimiento más grande de protesta en Estados Unidos, los manifestantes rescatan la experiencia y redes armadas, planean seguir en asambleas abiertas y seguirán manteniendo la llama del movimiento.

El alcalde de New York, Michael Bloomberg, se adelantó al frío del invierno y envió fuerzas policiales la madrugada de este martes para desalojar la plaza donde germinó el movimiento de los indignados de Estados Unidos. Pese a que la resistencia fue pacífica hubo 200 detenidos, según cifras de las autoridades.

Cientos de policías antimotines asaltaron de madrugada el campamento levantado el 17 de septiembre pasado. Aprovechando la oscuridad y apoyados con helicópteros corretearon a los cientos de manifestantes que protestan contra el 1 por ciento, escondido tras las corporaciones trasnacionales, que se llevan más de la mitad de los recursos del 99 por ciento restante de la humanidad.

La acción policial comenzó a eso de la una de la noche y duró varias horas. Los oficiales con escudos y porras empujaban a los manifestantes de Zuccotti Park, epicentro de un movimiento se extendió por unas 900 ciudades y pueblos de Estados Unidos.

El fin de semana ya habían sido desalojados los campamentos de occupy de Denver, Salt Lake City y Oregon.

La arremetida policial de New York estuvo comandada por el comisionado de Policía, Ray Kelly, quien adelantó la cifra de 200 personas detenidas, entre ellos un miembro del Consejo de la Ciudad.

Luego del desalojo el municipio envió a brigadas de limpiadores para retirar lienzos, afiches, carpas, sacos de dormir, cocinillas, lámparas o cualquier cosa que recordara los dos meses en que los jóvenes de la ciudad convirtieron un parque en una esperanza.

Antes de las cuatro y media de la madrugada de este martes el parque volvía a su asepsia cotidiana.

SALUD Y SEGURIDAD

Si la última imagen tras la ventana de anoche para los vecinos del parque Zuccotti era una bullente acampada multirracial, al despertar se asomó a una plaza atiborrada de policías. Donde había carpas, hoy hay rejas.

El alcalde Bloomberg justificó la acción en nombre de la “salud y las condiciones de seguridad”, las que se vuelven “intolerables en una plaza llena de gente” -según dijo a Washington Post.

“Desde el principio, he dicho que la ciudad tiene dos objetivos principales: garantizar la salud pública y la seguridad; y garantizar los derechos de los manifestantes de la Primera Enmienda (…) Pero cuando las opciones chocan, la salud y la seguridad del público y de nuestro personal de primera respuesta debe ser la prioridad” -sentenció el acalde millonario.

Bloomberg antes de ser edil (enero 2002) hizo fortuna siendo socio de Salomon Brothers y luego creando la compañía de información financiera Bloomberg L.P. O sea, antes de ser autoridad pública por el Partido Republicano (al cual renunció) montó una fábrica que proporcionaba información de finanzas a especuladores de las bolsas de valores. Según el ranking Forbes del 2004, ocupaba el puesto 34 de los más ricos del mundo.

Esta mañana Bloomberg aseguró que las personas pueden retornar al parque, aunque cumpliendo con las normas de los propietarios privados de éste, quienes prohíben acampar en el espacio.

MEMORIAS DE LA PLAZA DE LA LIBERTAD

Cuando un pequeño grupo de las dos mil personas que marcharon por el distrito financiero de Nueva York, en el sur de Manhattan, el 17 de septiembre en rechazo a la especulación financiera, no imaginaban que estaban adelantando el otoño de Estados Unidos.

Manifestantes en New Jersey

 

Si eran cien la primera noche, al amanecer de unos cuantos días se despertaron  300, a la semana eran miles y luego cientos de miles esparcidos por todo el territorio. Meses antes los tunecinos, egipcios y madrileños habían hecho lo propio en sus plazas. Los norteamericanos bautizaron la suya como Plaza de la Libertad.

A medida que caían las hojas del otoño en el hemisferio norte, la protesta congregaba a jóvenes, ancianos, sindicalistas, migrantes o desempleados. A través de las redes sociales la protesta se expandía, se generaban asambleas en lugares remotos, en muchos pueblos en años que los vecinos no se sentaban a debatir, comenzaban a pensar sus problemas y planear soluciones y se sucedían los foros de debate en las plazas de las más importantes ciudades. A la par, crecía el apoyo de una población anestesiada por los medios masivos y los llamados a la guerra.

Todos tenían motivos y ganas de protestar, aunque para generar un consenso había poca claridad entre tantas necesidades. Eso sí: una cosa de partida estuvo clara: eran el 99% de las personas; no el 1% de ricos hechos por el modelo económico del sálvate a ti mismo, la maximización de las ganancias y compite hasta la muerte.

A principios de octubre a la acampada en New York se sumaron algunos sindicatos, como el Sindicato de Trabajadores de la Salud o el Sindicato de los Trabajadores del Transporte (TWU).  También se sumaron veteranos de la guerra de Irak, quienes defendieron el campamento en algunas jornadas de los ataques policiales; y editaron un periódico propio.

El espacio también propició charlas, como las del Premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, quien junto al también economista Jeff Madrick estuvieron obligados a dar una charla a viva voz ya que la policía impedía usar megáfonos.

MANTENER EL MOVIMIENTO

Algunos manifestantes esperaron el amanecer de este martes sentados en las bancas más allá de la línea de policía. Otros se fueron a marchar por las calles de Manhattan cantando y algunos ya comenzaron a buscar otros espacios donde levantar un nuevo campamento. A las nueve de la mañana fue citada una marcha en la 6ª Avenida y al correr las horas del día el Gremio Nacional de Abogados pidió la vista de un juez del tribunal estatal que revise la legalidad de la expulsión de los manifestantes.

Marcha espontánea por la ciudad de New York luego del desalojo la mañana de este martes

A través de la web y de las redes sociales se llama a mantener el movimiento. Según informó Telesur, una portavoz de New York, Beka Economopolous, señaló que “pueden desalojarnos, pero el movimiento no desaparecerá. Los parques y plazas son sólo un lugar simbólico donde la gente se reunirá a pesar de todo, pero este movimiento nunca ha sido sobre un lugar concreto, sino sobre el mensaje”.

Hay otras acampadas en varias partes de la ciudad, como Harlem, Brooklyn o Central Park. Y muchos más a lo ancho del país.

“Este movimiento no busca pedir permiso a las autoridades que nos den algo, sino más bien ejercer nuestro derecho, que pertenece a la gente. Tenemos la fuerza de una voz colectiva” -agregó Beka.

En un comunicado difundido en el portal de Occuping Wall Street, se dice que “somos un movimiento mundial que está reclamando nuestra humanidad y nuestro futuro. Hemos entrado en un proceso de revitalización cívica, dando cuenta de que no podemos arreglar nuestras crisis aisladas unas de otras. Se requiere una acción colectiva y necesitamos espacio cívico. Estamos creando el espacio cívico”.

Llaman a ejercer la libertad de reunión, ya que “estamos creando un espacio para la comunidad, valores, ideas, y un nivel de diálogo que está ausente en el discurso actual”.

“El espacio liberado es romper con el aislamiento, derribar los muros que, literal y figurativamente nos separan unos de otros. Se trata de un nuevo enfoque en la comunidad, la confianza, el amor y la esperanza (…) El espacio público juega un papel crucial en este proceso cívico y fomenta la organización abierta y transparente en nuestro movimiento”.

Respecto del violento desalojo cuentan que “Estamos consternados, pero no disuadidos. La Plaza de la Libertad se dispersó, pero su espíritu no fue derrotado. Hoy somos más fuertes que ayer. Mañana seremos más fuertes aún”.

El movimiento además dice que avanzan en “la gran tradición de los movimientos de transformación social que han definido la historia de América. Nos apoyamos en los hombros de los que han luchado antes que nosotros, y recogemos lo que otros han dejado. Estamos creando una sociedad mejor para todos nosotros”.

Ya se anuncia para este jueves 17 una acción pública en memoria de los dos meses que llevan como movimiento. La apuesta es cerrar algunas horas el centro financiero Wall Street.

Por Mauricio Becerra R.

@kalidoscop

El Ciudadano

LINK CON SITIO OCCUPING WALL STREET

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Slavoj Zizek en Wall Street

Fotos del Washington Post


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