Scarleth Cárdenas quiere formar familia: «Con Maribel tratamos de tener un hijo»

Su nueva familia, conformada por la psicóloga Maribel Corcuera y sus dos hijos, también forma parte crucial de este proceso. «Los cuatro estamos aprendiendo en la Asociación de Sordos de Chile. Vamos a clases todos los sábados. Los niños saben y Maribel me ayuda con las cápsulas de psicología infantil en Lengua de Señas por nuestras redes sociales», explica.

¿Crees que hacer pública tu vida amorosa marcó un hito a nivel social?

¿Hito? Nada. Mi vida personal no es noticia. Solo le importa a mi familia y mis amigos. ¿Por qué se hizo pública? Porque un día lunes durante una reunión recibí la llamada del director de un diario. Me dijo: «Así que te casaste… y con tal persona. Tengo tu certificado de AUC. ¿Qué podemos decir?». Ufff…

¿Qué hiciste en ese momento?

Le dije lo que pienso: mi vida personal no es noticia. Pero si él creía que sí, solo le pedí no publicar ese certificado. Le expliqué que en mi familia hay dos niños que crecen tranquilos y felices. Nadie tiene derecho a interrumpir esa vida feliz. Le dije: «Yo pongo el pecho a todas las balas, pero los niños, no». Al día siguiente apareció la portada de La Cuarta con publicación del certificado. Solo respetó cubrir y ocultar los nombres.

¿Y cómo reaccionaron los niños?

Ellos se pusieron felices y dijeron «¡Por fin le vamos a poder contar a todos que tú eres nuestra mamá!». Todo se despejó a partir de entonces. Su colegio es católico y nos acogió con mucho respeto. Ellos se sienten muy bien acogidos y queridos y nosotras, mirando hacia atrás y a pesar de esa violencia inicial, solo tenemos que agradecer. Pero agradecer al Chile nuevo que empieza a florecer.

¿Qué es lo más difícil que te ha tocado enfrentar frente a esta situación pública?

Mi único miedo fue que alguien le dijera algo a los niños. Los adultos tenemos herramientas para defendernos, ¿pero ellos? Y les dije: «Siempre habrá alguien que no esté de acuerdo con nuestra familia». «¿Qué van a responder»? «Que somos felices», me dijeron.

¿Cómo te definirías?

Soy una mamá ‘en práctica’, aprendiendo de los niños, del día a día, de la familia y de todo. En mi vida cotidiana soy muy tímida y vergonzosa, pero muy comprometida con mis causas personales: en la Corporación ‘Yo Mujer’, trabajando por las mujeres con cáncer de mama y en mi trabajo con los canales regionales de TV, trabajando por los que llamo los «invisibles»: los chilenos de las regiones y las personas con discapacidad.

¿Cómo fue el proceso de descubrir que estabas enamorada de otra mujer? ¿Tuviste algún temor?

Ninguno. Me enamoré de una mujer y una mamá maravillosa, no de un asesino ni un delincuente. ¿Qué tengo que temer? Ella venía de dos matrimonios anteriores y separaciones. Cuando nos dimos cuenta de que ya no éramos amigas, me preguntó, «¿Cómo se le explica esto a los niños?», y yo, sin siquiera pensarlo, respondí: «Si es lindo tener una mamá, imagina la maravilla de tener dos». Nada más.

¿Cómo es tu día a día con Maribel?

Todo en la vida es de a cuatro: El aseo, las tareas del colegio, el estudio, la cocina, todo. Nuestra casa tiene dos reinas y dos príncipes encantados. Todos trabajamos por igual. Así se enseña el respeto y la empatía.

¿Les gustaría tener un hijo en común?

Lo intentamos en dos ocasiones porque Maribel quería que yo fuese mamá desde el primer día. Cuando falló el primer intento, ella lloró mucho, pero yo lo tomé con tranquilidad. Para mí, tener una guagüita en los brazos era una linda oportunidad, pero mi familia está completa tal como está. A los pocos meses Maribel me pidió que lo intentáramos de nuevo. Solo le pedí que, si no podíamos concretarlo, no lo volviera a pasar mal. Otra vez no fue posible y nuevamente le dije: «Yo tengo una familia maravillosa, no necesito más».

¿Qué cambios generó tu mujer en ti?

Me convirtió en mamá y me premia con el enorme privilegio de tener su ayuda. Somos grandes partners. Nos queremos con el alma y nos necesitamos. No sé cómo describir la hermosa sensación de estar donde siempre quisiste estar: sentir que estás cuidada, protegida, contenida, querida. Yo no sé cuántas personas en el mundo han tenido esta suerte infinita, que todo ocurra como siempre soñaste… Es increíble e indescriptible.

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