Ciro Oyarzún Águila egresó de la UTE, y envió una carta en 1961 a Cuba con la convicción de aportar a la revolución que se había producido recientemente, en 1958. Trabajó con el Che y Fidel, en el Ministerio de Industria, trabajos voluntarios, cortando cañas de azúcar, etc. Con la sistematicidad de un ingeniero, documentó la experiencia en apuntes. Luego de diez años, en 1971 vuelve a Chile a trabajar en empresas del Partido Comunista, del cual era militante desde su juventud, y treinta años después, recupera sus pertenencias -abandonadas en Cuba- y decide publicar el libro «Del tiempo y la memoria» (editorial Usach).
En conversación con El Ciudadano, recrea parte de la relación que pudo desarrollar con el Che Guevara, cuando se cumplen 50 años de su muerte en Bolivia.
¿Cómo llega a Cuba?
Egresaba de la UTE, la Universidad Técnica del Estado, y era un joven ingeniero militante de las JJCC, pero sin responsabilidades políticas. Estaba metido en toda la chuchoca, pero sin ninguna responsabilidad formal. Buscaba trabajo. Escribí una carta pidiendo trabajar allá, en Cuba, por la revolución. Con ingenuidad y desenfado propios de la edad que tenía, señalo que quiero ir a contribuir con mi trabajo. Agrego que no tengo manera de financiar mi viaje. Es decir, eran sólo los sueños, la pura utopía.
Un día me citan de la embajada. Había dirigido mi carta a Ernesto Guevara y el mismo Che la había respondido. En el sobre estaba mi pasaje. Ahora tocaba firmar el contrato en la embajada.
-Luego del despliegue de los guerrilleros que entraron triunfales en La Habana en 1958 y el derrumbe de la tiranía de Batista, ya hacia 1960 se hallaban no solo reclutando fuerzas profesionales de las y los revolucionarios del mundo que quisieran poner a su disposición sus capacidades profesionales, sino por sobre todo, reconstruyendo y reorganizando su país. Creando un Estado de nuevo tipo-.
-El viaje se concretaría en abril de 1961, pero se ve interrumpido. La batalla de Playa Girón o la invasión de Bahía Cochinos, se cruzó en el camino. La ofensiva consistió en una articulación estadounidense con la disidencia cubana, que intentó instalar un gobierno paralelo, bregando por el reconocimiento internacional. La sublevación fue sofocada en 65 horas. Ciro Oyarzún llegó a Cuba en julio de 1961. Justo para vivir el primer cambio de moneda hecho en la Isla. El responsable, el Presidente del Banco Nacional de Cuba, el Che Guevara-.
A partir de lo que te tocó vivir ¿cuáles son los aspectos humanos o éticos que rescatarías para un militante de izquierda en el siglo XXI?
No sé cómo decirlo. Era el más revolucionario de los revolucionarios. Y entregó su vida por la revolución. se entregó por completo. Creo que eso lo dice todo. Después fue a África, a Bolivia. Su entrega fue absoluta, su claridad era que había que hacer la revolución y eso hizo. Era un tipo extraordinario. Fuera de serie. Es complejo describirlo.
-«El Che no sobrevivió a sus ideas, pero supo fecundarlas con su sangre», señaló Fidel Castro luego de su muerte en 1967-.
No es comparable la historia de la época con el siglo XXI. Las épocas son diferentes. En la época que le tocó vivir lo hizo de un modo extraordinario. Ahora la lucha política es de otra manera. Se da en otro contexto. Son momentos totalmente distintos. Ya no me recuerdo hace cuántos años me fui a Cuba. Lo haría de nuevo, pero eso es otra cosa. Pero ya no hay contexto ni de guerra ni de guerrillas
¿Y qué queda vigente?
Para mi lo más destacable es la entrega absoluta a la lucha revolucionaria. Fue un tipo excepcional. No es fácil hacer lo que él hizo.