Isauro Aguirre fue acusado de torturar hasta la muerte al hijo de 8 años de su novia porque pensó que era homosexual. Entre las torturas descritas se dice que el hombre habría rociado al niño (llamado Gabriel Fernández) con pimienta, lo obligó a comer sus propias heces, su vómito y aplastó cigarrillo sobre su piel.
El hombre de 37 años también es acusado de golpear al muchacho con un bate y dispararle con una pistola BB, junto con la mamá de Gabriel en Los Ángeles. Su abogado defensor, dijo que su cliente había admitido el asesinato, pero que niega haber torturado al niño. El pequeño Gabriel fue torturado por Aguirre y Fernández, de 34 años, en el transcurso de ocho meses.
Se dice que también obligaba al niño a vestirse de niña antes de ir a la escuela, para mortificarlo por que según él era homosexual y que era obligado a dormir atado en un pequeño gabinete con un calcetín en la boca y un pañuelo en la cara. Una autopsia encontró restos de gato y pelo de animales en el estómago del niño.
Se mostraron los textos para el jurado, que según la acusación muestran que Aguirre y Fernández habían conspirado para torturar y asesinar a Gabriel y luego ocultarlo. La pareja había llamado al 911, pero le dijeron a la corte que no lo habían hecho «para ayudar a Gabriel». El fiscal Jon Hatami dijo: «Llamaron al 911 para ocultar lo que hicieron».
James Cermak, paramédico del Departamento de Bomberos del Condado de Los Angeles, dijo que hubo una cantidad de daño «increíble» en el cuerpo del niño cuando fue encontrado en el departamento de la pareja.
Aguirre dijo a los investigadores que golpeó al niño diez veces en la cabeza, 20 veces en el cuerpo y «admitió que perdió la cuenta». Fernández será juzgado por separado, mientras que cuatro trabajadores sociales también son procesados por su muerte.
Un caso simplemente terrible, de un pequeño inocente que tuvo una vida que fue una tortura constante.