Uno de los objetivos de terminar con la selección de alumnos por parte de los establecimientos educacionales que reciban fondos estatales, es evitar que ese proceso se realice en función de criterios discriminadores, por ejemplo, de acuerdo a clases sociales. Una intención que apunta a una necesidad urgente, la integración, pero que sin embargo ha generado resistencia, principalmente en la derecha y los sectores acomodados y conservadores del país.
De ahí la importancia de los resultados arrojados por la encuesta Chilenas y chilenos hoy. Desafiando los prejuicios, complejizando la discusión, realizada por Ipsos y Espacio Público, y en donde se establece que una gran mayoría de los consultados está de acuerdo con que en los recintos educacionales se integren alumnos de distintas clases sociales.
En la parte dedicada a Educación, se aborda el tema de la diversidad en los colegios. Y ante la opción de que «a los colegios asista gente diversa -donde convivan estudiantes de clase alta, media y baja»-, la respuesta es contundente: un 84% de los encuestados se inclina por aprobar esa realidad, frente a solo un 16% que adhiere a la idea de que «es recomendable que haya colegios separados por clase alta, media y baja».
Una actitud igualmente favorable hacia la integración social en la educación se refleja en otra pregunta de la encuesta, en la que se plantea el escenario de que en el colegio de los hijos de los consultados se ha decidido implementar un programa piloto para integrar a niños de distintos niveles sociales. Un 69% se manifiesta a favor, frente a solo un 7% que dice que estaría en contra.