Una de las estrategias preferidas del Alcalde de Peñalolén, dentro de su ilegítima campaña en favor del SÍ en el próximo plebiscito por el Plan Regulador Comunal (PRC), ha sido la de confrontar a los habitantes de unos sectores de la comuna (territoriales, socio-económicos) con los habitantes de otros sectores.
Esto es -en la forma- propio del actual sistema social, político y cultural, competitivo en todos los campos, que pone los intereses individuales por encima de los colectivos, la rentabilidad privada por sobre el bienestar público, y busca que los ciudadanos, los de Lo Hermida, la Comunidad Ecológica, CasaGrande, San Luis, Peña Alto o La Faena, reducidos a clientes o consumidores de primera, segunda o tercera clase, pugnen de manera aislada, desinformada, muchas veces desesperada y siempre inequitativa, por obtener una parte del beneficio asociado a vivir en uno u otro sitio de la comuna, mientras las grandes ganancias son apropiadas por los negocios inmobiliarios y financieros.
Y es también -en el fondo- lo que se nos propone y pretende imponer a través del nuevo PRC, la consolidación del lucro y la mercantilización como forma de ocupación del suelo urbano. Esta es la esencia del modelo de ciudad que se quiere reproducir en Peñalolén, que conduce -aun más- a la segregación social y la creación de ghettos, a la intensificación en el uso del automóvil particular (por los que pueden y suelen usarlo), en fin, al aumento de la desconfianza y la distancia entre ricos, medios y pobres, a la inseguridad de todos, a la marginalización de los más necesitados, al desprecio por el patrimonio natural y construido.
Con la misma lógica que la mega-generación energética, la agroindustria y la gran minería arrasan con comunidades, economías locales y culturas rurales e indígenas, este PRC pretende continuar despojando al territorio peñalolino de su historia, su identidad y su diversidad cultural y ecosistémica, transformando su suelo en una mera mercancía y el derecho a la vivienda en un objeto de especulación y lucro.
NO, este plebiscito no define entre los intereses de unos habitantes y los de otros. Esta desigual consulta define entre la consolidación de una comuna injusta y depredadora, entregada a los intereses privados (principalmente bancarios e inmobiliarios), y la posibilidad real de comenzar a construir, a través de un proceso realmente participativo y equitativo un Peñalolén más igualitario, inclusivo, solidario y sustentable, que irradie estas valores hacia el Gran Santiago y el resto de Chile.
Por eso NO.
Eduardo Giesen A.
Ingeniero U. de Chile
Vecino de Peñalolén
Miembro del colectivo VientoSur