¿Qué tienen en común Barack Obama, Emma Watson, Jake Gyllenhaal y la presentadora británica de televisión Fiona Bruce? La respuesta es que todos han sido reconocidos por un grupo de ovejas que están siendo estudiadas por neurocientíficos de la Universidad Cambridge, en el Reino Unido.
Se trata de un trabajo sobre habilidades para el reconocimiento de rostros, que usa a ovejas Welsh Mountain que pertenecen a un rebaño de la universidad (suena poético pero es literal). Los investigadores han entrenado a los animales con fotografías de los rostros de estos cuatro personajes, encontrando que las podían distinguirlos de otros rostros no familiares, con una precisión comparable a la de los humanos.
«Sabemos que las ovejas pueden reconocer a sus adiestradores, pero de todos modos me impresioné cuando lograron hacer esto», dice Jenny Morton, profesora en neurobiología, quien dirigió el estudio de Cambridge. «El reconocimiento de caras es un proceso sofisticado, pero [las ovejas] tienen cerebros grandes, ven a otras ovejas y usan este procesamiento para reconocerse entre ellas».
Cuando estuvieron frente a retratos de personas que miraban directamente, las ovejas reconocieron a las celebridades un 80% de las veces, y la cifra cayó al 67% cuando la persona tenía la cabeza inclinada hacia un lado, informaron los científicos en su artículo en Royal Society Open Science. Los animales reconocieron imágenes de sus cuidadores sin ningún entrenamiento, pero a menudo titubearon antes de tomar una decisión.
La investigación no es tan frívola como parece. En 2006, el neurocientífico Richard Faull y el genetista Russell Snell, de la Universidad de Auckland, en Nueva Zelanda, crearon ovejas con una mutación que causa enfermedad de Huntington. Morton ahora importó algunos de estos animales y espera agregar el reconocimiento facial a una batería de pruebas para monitorear su comportamiento y la efectividad de nuevos medicamentos para tratar la enfermedad.
«Podemos darles nuevos tratamientos y usar nuestras tareas para medir qué tan bien se desempeñan con el tiempo. Podemos ver qué aprenden y qué tan rápido lo hacen», dijo Morton. «Si un tratamiento funciona, se podría esperar ver que no hay diferencia entre una oveja normal y una oveja con Huntington que recibe tratamiento».
El reconocimiento facial involucra varias áreas del cerebro, por lo que monitorear qué tan bien reconocen rostros las ovejas con Huntington a medida que la enfermedad avanza, podría revelar los primeros signos de la disfunción. También podría mostrar si las terapias genéticas experimentales, que apuntan a bloquear la mutación de Huntington, son efectivas y carecen de fecetos secundarios.
La enfermedad de Huntington es un desorden neurodegenerativo que se hereda de cualquiera de los padres con signos de la enfermedad y que generalmente emerge entre los 35 y 55 años. Algunos de los primeros síntomas son cambios de humor y personalidad, pero con el tiempo se deterioran la memoria, el movimiento, la salud mental, el habla y la deglución, hasta que la persona muere unos 10 a 25 años después de la aparición de los primeros síntomas. Todavía no se conoce una cura para esta afección.
«Esperamos que con tratamientos que mejoren la patología de Huntington, veamos la reversión de algunos de los cambios cognitivos», dijo Morton. «Queremos comprender cómo comienza la enfermedad para poder comenzar a pensar en la prevención».
Fuente, The Guardian
El Ciudadano