Un amplio estudio que reunió especialistas del Reino Unido, Australia y Noruega reveló que 60 minutos semanales de actividad física sirven para evitar este trastorno de la salud mental.
Los beneficios de la actividad física son múltiples. Una aliada incondicional para mantenerse en forma y lograr la figura deseada; y también recomendada como método de prevención para distintas enfermedades: cardiovasculares, diabetes, cáncer, entre otras.
Desde la Fundacion Cardiológica Argentina apuntan que entre los 18 y 64 años las personas que llevan una vida física activa demuestran una reducción del riesgo de hipertensión arterial, de cardiopatía isquémica -ya que el sedentarismo es responsable de al menos un 30% de la carga isquémica-, de accidente cerebrovascular, diabetes, e incluso de algunos tipos de cáncer (mama y colon).
Por su parte, Gonzalo Díaz Babio, médico cardiólogo (MN 129.388) señaló que la actividad física contribuye al mejor control de la ansiedad y depresión tanto de los jóvenes como los adultos mayores. Y además «ayuda a los niños y jóvenes a consolidar hábitos saludables, mantener un peso adecuado y desarrollar el sistema cardiovascular, neuromuscular y fortalecer el aparato locomotor».
Una nueva y amplia investigación sobre el impacto de la actividad física en la salud de las personas vino a reavivar el tema: reveló que tan solo una hora de ejercicio físico a la semana puede prevenir el desarrollo de la depresión en el futuro, independientemente del tipo y de la intensidad de la actividad.
En el estudio en cuestión participaron especialistas de Reino Unido, Australia y Noruega y se incluyó alrededor de 34 mil personas -la muestra la hizo la encuestadora noruega de salud HUNT– a las que se analizó durante un período de 11 años. Cada sujeto informó periódicamente la frecuencia de actividad que mantenían, especificando la modalidad y vigorosidad de la práctica.
Al comenzar la investigación, la población no presentaba en su totalidad signos de algún trastorno mental. Sus condiciones físicas, además, no eran limitadas. Para concluir el proceso, cada participante respondió un cuestionario diseñado para detectar síntomas de ansiedad y depresión.
Los resultados, publicados en la revista American Journal of Psychiatry, mostraron que quienes no realizaron ningún tipo de ejercicio tuvieron un 44% más de probabilidades de desarrollar una depresión en comparación con aquellos que realizaban entre una y dos horas semanales. Los expertos concluyeron que el 12% de los casos se podría haber evitado si hubiesen realizado una hora semanal de actividad física.
«Con los estilos de vida sedentarios convirtiéndose en una norma en todo el mundo y las tasas de depresión creciendo, estos hallazgos son particularmente pertinentes, ya que ponen de relieve que pequeños cambios en el estilo de vida pueden cosechar beneficios significativos en la salud mental», señaló el psiquiatra Samuel Harvey, autor principal del estudio.
Una de las variantes más recomendadas es caminar. Los expertos de Harvard Medical School señalan que puede ser incluso tan eficaz como los medicamentos tanto para aliviar el estrés como para evitar la depresión.
Según la Organización Mundial de la Salud, los adultos deben realizar, al menos, 30 minutos de actividad física moderada por lo menos cinco días a la semana (o bien 75 minutos por semana de actividad aeróbica vigorosa).
Información de Infobae América