El mundo está comenzando lentamente a abandonar los combustibles fósiles para pasar a la energía renovable, pero un grupo de científicos ha encontrado un nuevo tipo de material que funciona como un sustituto renovable del carbón.
Este biocombustible de «carbón instantáneo» aporta la alta eficiencia energética del carbón sin los efectos colaterales perjudiciales usuales, como la minería profunda para la extracción y la contaminación resultante de su combustión y liberación de impurezas.
Además, no le toma siglos formarse bajo tierra, sino que está hecho de desechos agrícolas como madera y plantas. Eso significa que es potencialmente una fuente inagotable de material, según el equipo que lo desarrolla en el Instituto de Investigación de Recursos Naturales (NRRI) de la Universidad de Minnesota Duluth, EEUU.
«Si piensas en cómo la madre naturaleza hizo el carbón fósil, es tiempo, presión y calor», dice Tim Hagen, uno de los miembros del equipo del NRRI. «Estamos haciendo esos mismos procesos, pero en vez de millones de años, lo estamos haciendo en unas pocas horas. Y como los minerales no entran en la mezcla, no tenemos esos posibles contaminantes», explica.
El BTU o British Thermal Unit (unidad térmica británica) es un indicador de energía almacenada: el carbón ofrece alrededor de 12.500 BTU por libra, pero este nuevo biocombustible está a la altura de 8.000 a 9.500 BTU por libra. Una variación diferente, conocida como fango energético, puede alcanzar niveles aún más altos.
Estas briquetas de biocombustible se producen utilizando un proceso similar al tostado del café, donde la biomasa cruda se seca y luego se calienta hasta 249°C en una atmósfera con poco oxígeno, para luego ser comprimida. Técnicamente se conoce como torrefacción.
El fango energético, en cambio, se fabrica con un sistema alternativo, similar a una olla a presión. Conocida como carbonización hidrotérmica, elimina la etapa de secado del proceso. Entre las dos técnicas, el Laboratorio de Energía Renovable de la Universidad produce entre cuatro y seis toneladas de biocombustible diariamente.
Va a pasar un tiempo antes de que este «carbón instantáneo» esté listo para su uso generalizado y comercial, pero potencialmente podría reducir las emisiones de las centrales eléctricas de carbón y reducir nuestra dependencia de la minería del carbón para fabricar acero y otros productos de hierro, utilizando residuos naturales de plantas y árboles al mismo tiempo.
Como una ventaja adicional, estos materiales son fáciles de transportar, repelen el agua y no se pudren.
La reducción de nuestra dependencia del carbón y los combustibles fósiles no puede ocurrir tan rápidamente como para prescindir totalmente de los combustibles, y en este momento los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera son los más altos en unos 3 millones de años. Esto está causando un aumento constante de las temperaturas.
El Laboratorio de Energía Renovable ahora está buscando socios comerciales para ampliar el proceso de fabricación de sus sustitutos del carbón.
Fuente, Science Alert
Imagen en redes, Science Alert
El Ciudadano