Un viejo defensor de los derechos humanos asumió como nuevo presidente de Túnez casi un año después de que las protestas se impusieran a Zine el Abidine Ben Ali. El nuevo Presidente Moncef Marzouki juró ser fiel a los mártires y a los objetivos de la revolución. Marzouki lideró la Liga de Túnez por la Defensa de los Derechos Humanos desde 1989 hasta que tuvo que abandonar el país en 1994.
Uno de sus primeros anuncios fue la venta de los palacios presidenciales construidos por el derrocado dictador del país. Justificó la decisión diciendo que se usará el dinero para generar nuevos empleos.
Ben Ali construyó varios lujosos palacios, incluido Sidi Dharif, en el distrito de Sidi Bou Said, próximo a Túnez, y Hammamet, al este de la capital, donde pasaba las vacaciones estivales.
LAS PRIMERAS HOJAS DE LA PRIMAVERA ÁRABE
El 14 de enero del 2011 pasado, más de 8 mil personas se concentraron en las afueras del Ministerio del Interior de Túnez para exigir la renuncia de Zine al-Abidine Ben Alí, quien tras ocupar el poder durante 23 años se vio forzado a disolver el gobierno y trasladarse a Arabia Saudita junto a su familia.
El martes pasado, cuando el nuevo presidente de Túnez, Moncef Marzouki, juró ante la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) dijo que será “el presidente de todos los ciudadanos y que ofrecerá lo mejor de sí mismo para mejorar la vida de los tunecinos”.
Su elección fue el domingo pasado con 153 votos de los 217 miembros de la ANC.
Marzouki es el primero que ocupa el puesto de mandatario por vía democrática, luego de la salida del poder de Zine El Abidine Ben Alí, en enero pasado.
El nuevo líder tunecino asumió ante 217 diputados y las principales autoridades del Estado, y juró sobre el Corán que será “garante de los intereses nacionales, del Estado de derecho y de las instituciones. Seré fiel a los mártires y a los objetivos de la revolución (…) Garantizaré el derecho a la salud, el derecho a la educación y los derechos de las mujeres”.
Destacó que la misión de su gobierno es promover la identidad árabe y musulmana, así como estar abierto al exterior, proteger a las mujeres veladas y las jóvenes en niqab como a las no veladas. Marzouki hizo la afirmación en referencia al temor que provoca entre las mujeres conocida como modernistas, la llegada al poder del partido islamista Ennahda.
Agregó que “el principal desafío es concretar los objetivos de la revolución. Otras naciones nos miran como un laboratorio de la democracia”. También hizo un llamado a la “reconciliación” en Túnez y exhortó a la oposición a que “participe en la vida política y no se limite a un papel de observador”.
Marzouki, de 66 años, fue elegido con 153 votos a favor, 3 en contra, 44 votos en blanco y 2 abstenciones, del total de 217 legisladores por la Asamblea Constituyente elegida el 23 de octubre pasado.
La elección de Moncef Marzouki fue pactada por una coalición tripartita conformada por la fracción islamista Ennaha, que cuenta con 89 escaños de la ANC, los 29 militantes del Congreso por la República (CPR) y los 20 representantes de Ettakattol.
Según con lo pactado, CPR queda con la Presidencia; Ettakattol (izquierda) con la presidencia de la Asamblea Constituyente y Ennahda con el cago de primer ministro, figura decisiva dentro el poder Ejecutivo.
Marzouki ha ordenado también la restitución de las piezas arqueológicas que se encuentra en el Palacio de Cartago a los museos nacionales. Ayer, un equipo del Instituto Nacional de Patrimonio visitó el palacio para examinar las piezas, que serán trasladadas al depósito de reservas del sitio de Cartago.
Este año la justicia tunecina condenó en ausencia a Ben Ali y a su mujer a prisión por cargos de corrupción financiera.
Si el desempleo en Túnez se calculaba en un 13 por ciento a fines del 2010, ahora está en el 18,3 por ciento, según datos del Banco Central, siendo la tasa más alta entre los jóvenes.
Telesur TV – El Ciudadano