FAKUTA
“Al vuelo”
MREX15
2011 (*)
Si hay un momento de verdad en el Pop, claramente no es este. Lo interesante de un disco como “Al Vuelo”, para cualquier persona que tiene un aprecio por la música y que busca en ella como quien indaga en los misterios del cosmos, más allá del agrado o desagrado que pueda producir escucharlo, es que plantea justamente una pregunta acerca de ese género conflictivo y contradictorio que es el Pop.
A pesar de que los más fundamentalistas y radicales músico(logo)s probablemente no coincidan, sí creo que el Pop tiene un momento de verdad en tanto expresión estética. Aunque algo difuso, ese momento existe, y la gracia de la música que pretende reivindicarlo explícitamente debiera ser acercarse a el.
El Pop, a estas alturas, no es tanto un estilo o un formato derivado del rock’n roll primitivo como un género, es decir, es algo un poco más amplio. Al mismo tiempo no es algo restrictivo a la “música popular” (de audiencias masivas), por eso se puede decir que el disco de Fakuta es Pop a pesar de que no alcance grandes fanaticadas. Los 80, aunque fueron una década bien nefasta en términos generales para la cultura humana, concentran unos buenos ejemplos de eso. Pienso a la rápida en algunos discos de Laurie Anderson, muy experimentales pero siempre Pop. O en el disco “Cloudland” de Pere Ubu, que sin ser lo mejor de ellos, es una forma bien arriesgada y al choque de Pop para la época. Incluso podría agregarse el primer disco solista de Fred Frith, que claramente reflexiona en torno al género.
Una característica de ese “buen Pop” es por ejemplo la ausencia de nostalgia. Por el contrario, el espíritu es el de empujar los límites del presente, haciendo combinaciones forzosas de estilos, o quizás volviendo a las expresiones mas elementales, o estrujando las nuevas tecnologías al máximo. En “Al Vuelo” en cambio, todo está perfectamente sincronizado y afinado a través de guiños estilísticos que pretenden asomarse al pasado tímida e ingenuamente, lo que termina transformando las canciones más en jingles que en declaraciones intencionadas acerca de su época. Se arriesga poco en beneficio de conseguir un sonido complaciente, y en vez de tener una inocencia y radicalidad propias, las canciones se vuelven un amague sonoro kitsch y nostálgico.
A su favor, podemos decir que el disco está correctamente producido y elaborado. Es de buena factura, la voz está a tono, las bases están cuidadosamente seleccionadas para no molestar a nadie; nunca se encontrara aquí con algún ruido o sonido que lo provoque físicamente (para eso escuche Suicide). Ahora, si se trata de Pop electrónico basado en sintetizadores y una dulce voz femenina, yo le recomendaría que no se de más vueltas y vaya directamente a escuchar el disco que Roberto Cacciapaglia produjo para Ann Steel. Es el tipo de discos que vendría bien escuchar a la nueva-nueva ola chilena.
Por Rodrigo Barros
El Ciudadano
+ INFO: Michita rex
(*) Nota aclaratoria: Este comentario apareció en la sección «Onda Corta» de El Ciudadano, nº 111, primera quincena de octubre 2011, adjudicado a Cristóbal Cornejo. Sin embargo, el autor es Rodrigo Barros, músico y colaborador de dicha sección.