El pasado domingo, casi finalizado el escrutinio de los votos del distrito 7 (Isla de Pascua, Juan Fernández y Valparaíso, Concón, Viña del Mar, Algarrobo, Cartagena, Casablanca, El Quisco, El Tabo, San Antonio y Santo Domingo) se definió la elección de la ex presidenta de la Fech, Camila Rojas, como diputada del Frente Amplio.
Militante de Izquierda Autónoma y egresada de Administración Pública de la Universidad de Chile, Rojas es parte de los 20 diputados frenteamplistas que vienen a romper con la hegemonía que hasta ahora mantenían Chile Vamos y la Nueva Mayoría en el Congreso, y que tienen por objetivo impulsar el programa propuesto por el conglomerado junto con representar las demandas del movimiento social.
En este sentido, en conversación con El Ciudadano la diputada electa cree que los ejes del trabajo de la bancada deben estar asociados a la «recuperación de los derechos sociales» y a «lograr convocar a toda parte importante de la sociedad que hoy aparece como un espectador de la política en Chile».
En tanto, sobre la definición que tiene que tomar el Frente Amplio respecto de la segunda vuelta, sostiene que ésta debe tener un carácter «unitario» y que no debe «aceptar el chantaje de ‘todos contra la derecha'».
«El vínculo que varios teníamos desde la lucha social nos parece que es clave para el desarrollo de las políticas que se hagan en el país», explica Rojas a la hora de expresar el espíritu que debe guiar el trabajo de la bancada frenteamplista, recalcando que «unir lo social y lo político es uno de los motivos por los que somos elegidos como representantes».
Con 20 diputados, ¿cómo se proyecta el trabajo de la bancada frenteamplista ante las propuestas de gobierno de Guillier y Piñera?
Lo primero es que debemos zanjar caminos formales para tomar las decisiones, hay una diversidad que es necesario valorar en nuestra composición como Frente Amplio, desde las diferentes organizaciones a las que pertenecemos los diputados electos. Es necesario que estas decisiones sean unitarias cuando sea necesario y, por lo mismo, es relevante tener definiciones políticas claras, que orienten nuestras futuras intervenciones como congresistas.
Considerando los ejes programáticos del Frente Amplio, ¿cuál crees deben ser las prioridades legislativas de la bancada?
El FA logra su votación principalmente porque planteamos ideas, porque proponemos un proyecto país, lo que está muy vinculado con la recuperación de los derechos sociales. Nuestra agenda común debiera tener como elementos prioritarios dichos derechos: educación, salud vivienda y pensiones, que son los que definió Beatriz Sánchez como intransables.
¿Qué tanto varía la posición de la bancada en el caso de que esté Piñera o Guillier en la presidencia?
Lo importante es decir que nosotros, ya sea en un gobierno de Guillier o un gobierno de Piñera, vamos a ser oposición. Hoy tenemos una coalición que obtuvo una importante votación y tendremos el rol de defender las ideas que hoy nos tienen como representantes electos de la ciudadanía.
¿Cómo ves el proceso de definiciones del FA con miras a la segunda vuelta?
Hoy (miércoles) lo conversamos en el desayuno que tuvimos con Beatriz Sánchez y creemos en el Frente Amplio que la postura pública que se va a presentar sobre la segunda vuelta el próximo 29 de noviembre buscará tener una postura unitaria tras el debate interno de cada organización, y luego una discusión entre ellas, que será de donde emanará la decisión final. Desde Izquierda Autónoma hemos definido la importancia de defender el programa del FA, con estos intransables de los que hablábamos, junto con no aceptar el chantaje de «todos contra la derecha». El proyecto de la Nueva Mayoría en esta elección fracasa porque se prefiere conceder las reformas y creemos que ahí está lo más relevante del debate.
¿Qué se juega el Frente Amplio y su bancada en estos cuatro años?
Estamos en una construcción de mediano y largo plazo; en estas elecciones nos fue bien y nuestro principal desafío es poder convocar a más gente. No debemos seguir disputándonos este grupo de personas que está dispuesta a votar, sino que lograr convocar a toda parte importante de la sociedad que hoy aparece como un espectador de la política en Chile.
Las y los miembros de la bancada del FA provienen del movimiento social en su mayoría. ¿Esa experiencia se trasladará al día a día en el Congreso?
Sin duda, nuestras candidaturas plantearon la idea de terminar con esta barrera que tiene el Congreso con la sociedad organizada y los movimientos sociales. El Parlamento está súper alejado de las necesidades sociales, donde se perjudica el interés mayoritario y se beneficia a unas cuantas familias o empresarios. El vínculo que varios teníamos desde la lucha social nos parece que es clave para el desarrollo de las políticas que se hagan en el país. Unir lo social y lo político es uno de los motivos por los que somos elegidos como representantes.
¿Cómo definirías el tipo de oposición que llevará adelante el FA?
Será una mezcla de una oposición dura y una oposición programática. Hay diferencias en el programa que tienen que ver con el fortalecimiento de lo público, con la recuperación de derechos, por lo que hay diferencias programáticas; pero nosotros tenemos propuestas y no será una cuestión de irse solo de negativas. Nos vamos a posicionar para defender las razones por las que fuimos elegidos.