TDSH, el trastorno que puede acabar con la vida sexual de los hombres

Los prejuicios y estereotipos sobre hombres y mujeres pueden tener terribles consecuencias en todos los ámbitos, también en el sexual

TDSH, el trastorno que puede acabar con la vida sexual de los hombres

Autor: CVN
CVN

Los prejuicios y estereotipos sobre hombres y mujeres pueden tener terribles consecuencias en todos los ámbitos, también en el sexual. El no aceptar padecimientos o situaciones naturales porque según lo socialmente aceptado no va de la mano de tu género se puede convertir en un peso con el que nada debería cargar.

Los varones cargan sobre sí una serie de estereotipos que casi los obligan a seguir patrones de comportamiento, aun cuando no lo desean. Por ejemplo: se cree que todos los hombres quieren tener relaciones sexuales todos los días a cada segundo.

Es prácticamente impensable que un hombre no quiera tener sexo y mucho menos probable que lo confiese. Sin embargo, muchos hombres pasan por temporadas donde no apetecen ningún tipo de contacto. Se trata de un trastorno reconocido como Trastorno del Deseo Sexual Hipoactivo (TDSH), el cual, de no atenderse, podría terminar con su vida sexual.

Los hombres que lo sufren dejan de sentir interés sexual, sucede de un momento a otro y puede ocurrirle a hombres jóvenes y sanos.

El TDSH ha sido generalmente identificado como un padecimiento femenino. Socialmente se comprende que durante periodos como la lactancia, la maternidad o la menopausia la mujeres tengan un débil o nulo deseo sexual. Pero el hecho de que un hombre se rehúse a mantener relaciones sexuales es casi un crimen a ojos de la mayoría. Existe una falsa creencia —casi imperativa— que sostiene que los hombres siempre tienen ganas de tener contacto sexual. ¿De dónde sacamos eso?

En parte es gracias a las construcciones sociales que fabrican una idea del hombre—macho como el individuo que debe preservar la progenie reproduciéndose tanto como pueda; y en parte también la idea de que entre más sexo tenga un hombre, más exitoso es. Por ello, gran parte del orgullo masculino descansa en la calidad y cantidad de coitos que disfrute.

Según los expertos, existen dos clasificaciones de este trastorno: el deseo sexual inhibido primario —cuando no hay atracción por la pareja— y la falta de deseo secundario —cuando no siente deseos por absolutamente ninguna persona—. Ambos pueden coincidir en el mismo origen.

Causas

La disminución del deseo sexual puede explicarse desde distintos ángulos. Los factores hereditarios son determinantes pero también influye el aspecto hormonal o el consumo asiduo de sustancias tóxicas como el alcohol, el cigarro u otras drogas. Por otra parte, enfermedades como el cáncer, la artritis, la diabetes o alguna enfermedad arterial pueden determinar las probabilidades de padecer esta mal.

Además, el ámbito psicológico y emocional —que es el mayormente olvidado— es fundamental para entender este fenómeno: muchos hombres pasan por situaciones de estrés o depresión fuertes, por lo que su libido se ve afectada de manera dramática.

Las exigencias de sus parejas, las altas expectativas que se forman de sí mismos sobre lo “buen amante” que deben ser, las charlas con los amigos donde se vanaglorian de su desempeño sexual y los mensajes continuos de que deben ser vigorosos los frustran mucho más.

Los hombres que sufren de TDSH a menudo se ven enfrentados a conflictos de autoestima. Las personas a su alrededor comienzan a cuestionarlos —juzgarlos— por la falta de deseo sexual. Al sentirse criticados a menudo prefieren guardar en secreto lo que viven. Sin embargo, no pueden mentirle a su pareja y es cuando comienzan los conflictos.

Muchas mujeres —u hombres— que son pareja de alguien con este trastorno no llegan a comprender que no se trata de ellos; no es que “ya no les gusten”, que estén haciendo algo mal o que exista una infidelidad de por medio; es que su pareja está pasando por un padecimiento que necesita de supervisión médica.


Es fundamental dejar los prejuicios a un lado y buscar ayuda en caso de que se requiera. De esa manera podrá descartarse un padecimiento más grave. Pero sobre todo, tener una amplia y comprensiva visión sobre esta situación: a cualquier hombre le puede pasar y esto no es ningún delito.


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