El «ego» tiene muy mala fama, sin embargo, esto no es precisamente algo negativo. Su significado es «yo» y se relaciona estrechamente con la identidad de cada persona. En otras palabras, es un componente de la personalidad, la manera que tenemos para reconocernos y de hacer consciente quiénes somos y qué es lo que necesitamos.
Sin embargo, hay personas que tienen el ego demasiado elevado y eso los lleva a que no comprendan ni vean a nadie más que a ellos mismos. Por lo tanto, sólo buscará satisfacer sus propias necesidades sin tener preocupación por los demás.
El ego nos ayuda a tener una visión del mundo, no obstante, hay que tener claro que no sólo hay que centrarse en eso pues no ponerse en el lugar del otro es algo que nos lleva a hacer actos que no son positivos.
Además, no todos los tipos de ego son iguales y es por eso que el sitio La Bioguia elaboró una lista con los posibles tipos de ego para que sepas cuál es el que tienes tú.
Desde una perspectiva más espiritual, el ego «impuro» que es el que todos experimentamos al reconocer nuestro cuerpo físico, nuestras emociones, sentimientos y pensamientos como «propios». Pero éste puede, a su vez ser:
Ego tamásico
Este ego caracteriza a las personas que solo creen y confían en la propia capacidad personal. Es pasivo e indiferente.
Ego rajásico
Este ego es el que rige en personas que creen que la felicidad es algo por lo que constantemente hay que trabajar; la consideran como algo difícil de conseguir. Es dinámico, ambicioso y pasional.
Ego sátvico
Este tipo de ego se caracteriza por tener una tendencia autoprotectora, ser más creativo, armónico y sereno.
Luego, a nivel más específico, y según su proporción, el ego puede tomar las siguientes formas:
1. Presumido: desde su propia visión de sí mismo, él o ella siempre quiere tener razón, cueste lo que cueste. Lo enojan las críticas, no puede asumir el fracaso y da constantemente consejos aunque no se los pidan. Para aumentar su ego aún más necesita poner en evidencia lo bueno que es en hacer algo. Vive del reconocimiento ajeno.
2. Ambicioso: pasar desapercibido no es una opción para él o ella. Siempre buscarán sacar ventaja o ganancia a todas las situaciones. Llegar a la meta es lo único que le importa y a su paso, intentará llamar la atención lo máximo posible.
3. Envidioso: odia los logros de los demás, constantemente se compara.
4. Interruptor: el silencio es mala palabra para él o ella. No deja que los demás se expresen, buscando imponer siempre su propio punto de vista.
5. Manipulador: puede hacer lo que sea para ser beneficiado de las situaciones, aunque eso implique mentir, engañar o pasar por encima de otros.
6. Orgulloso: no pueden asumir errores, siempre quieren tener la razón.
7. Celoso: piensa en los otros como si fueran posesiones suyas a las que debe controlar.
Fuente: Labioguia