Muchas veces ocurre que nos dan el dato de una dieta «milagrosa» que quien la probó vio muy buenos resultados, por lo que decidimos probarla, sin embargo, en nosotros no surtió el mismo resultado y más encima nos sentimos mal. ¿Por qué pasa esto?
Lo que pasa es que cada cuerpo es diferente, por lo que las necesidades varían según el tipo de bioquímica natural.
Básicamente, esto quiere decir que hay distintos tipos metabólicos, y la clave para que una dieta funcione bien en el cuerpo es necesario saber cuál es el propio.
Los tipos metabólicos son tres: tipo proteico, tipo carbohidrato y tipo mixto. De acuerdo a cuál sea el tuyo, es cómo debes equilibrar tu dieta para estar en el peso ideal y a la vez, sentirte satisfecho, contento y con energía.
Descubrir el tipo metabólico
Para saber qué tipo metabólico es el tuyo, hay ciertas características que debes tener en cuenta:
Tipo proteico
Quienes tienen este tipo de metabolismo se caracterizan por necesitar más proteínas que el resto de las personas. Considérate de este grupo si:
- Tienes hambre todo el tiempo
- Te gustan más las cosas saladas que las dulces.
- Los carbohidratos estimulan tu apetito más que saciarlo.
- Prefieres las carnes rojas a las blancas.
Tipo carbohidrato
Al contrario que el proteico, este tipo de metabolismo se caracteriza por tener un apetito débil, y ser más propensos a consumir hidratos de carbono. Considérate de este tipo si:
- Puedes pasar largos períodos sin comer.
- Prefieres las cosas dulces, y éstas no te caen mal.
- Los hidratos de carbono te sientan bien, sin estimular tu apetito.
- Prefieres las carnes blancas y magras.
Tipo Mixto
Es el tipo metabólico más común, y representa justamente la mezcla perfecta de los dos tipos anteriores. Estarías dentro de este grupo si:
- Se te antoja por igual lo dulce y lo salado
- Tu apetito depende de la hora del día (pero no puedes pasar demasiado tiempo sin comer).
- Comer sólo carbohidratos no estimula tu apetito ni lo satisface por completo.
Cómo organizar tu dieta según el tipo metabólico
Si eres del tipo proteico, como dijimos, tu cuerpo necesita más proteínas que carbohidratos para sentirse óptimo. La relación ideal que deberías mantener en tu dieta es:
40% Proteínas / 30% Grasas / 30% Carbohidratos
Tener este tipo de metabolismo te permite comer más proteínas que al resto de las personas. Si no comes carne, puedes optar por aumentar el consumo de proteínas de origen vegetal, como la soja, el tofu, aguacates, espinaca y frutos secos.
Si, en cambio, tu tipo de metabolismo es carbohidrato, es porque necesitas consumir muchos más hidratos de carbono que proteínas. La relación que deberías mantener en tu dieta es:
25% Proteínas / 15% Grasas / 60% Carbohidratos
Deberías incorporar mucha verdura a tu dieta, como así también cereales y frutas. Seguramente sientes un gusto particular por lo dulce, y se debe a que tu cuerpo lo tolera mejor que los demás. Así que puedes darte gustos en esa línea, pero no te excedas.
Evita el consumo excesivo de sal.
Finalmente, si tu metabolismo es de tipo mixto, debes mantener una dieta balanceada, que mantenga el equilibrio entre proteínas e hidratos. La relación ideal es:
30% Proteínas / 20% Grasas / 50% Carbohidratos
Mantén una relación equilibrada entre el consumo de alimentos ideales para los otros dos tipos de metabolismo, y verás cómo dejas de sentirte fatigado y ansioso.
Debes tener en cuenta que el tipo metabólico no es permanente, y puede cambiar a lo largo de la vida. Además, debe tomarse sólo como punto de partida.
Lo más importante es que, siguiendo una dieta según el tipo metabólico, se puede perder peso y, al mismo tiempo, lograr que el cuerpo se sienta bien. Así es que en este tipo de dietas se prioriza el bienestar general (por eso, luego de implementarlas, las personas desean hacer la dieta y no la hacen por obligación).
Empieza a implementar una dieta de acuerdo a tu tipo metabólico, y presta atención a cómo se siente tu cuerpo. Si notas que tienes más energía, que te sientes mejor en todos los aspectos, y que mantienes tu peso sin esforzarte demasiado, quiere decir que has dado en la tecla.
Vía: Labioguia