Actualmente solo existe una pequeña población de ‘lobo rojo’ (Canis rufus) en una parte de Carolina del Norte, EEUU. La especie está catalogada bajo la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) como en peligro crítico, lo que significa que está a solo un paso de extinguirse en la naturaleza.
Por eso es extraño que en un informe del Senado de EEUU sobre la financiación del Departamento del Interior, haya una orden para poner fin al programa de recuperación del lobo rojo, que actualmente está siendo administrado por el gobierno federal.
«El Comité reconoce la solicitud de la Comisión de Recursos de Vida Silvestre de Carolina del Norte de que el Servicio [de Pesca y Fauna Silvestre] ponga fin al programa de recuperación del lobo rojo y declare su extinción», dice el documento, citado por IFLScience.
También cita los impactos del programa en «los propietarios de tierras y otras especies», como razón para cancelarlo, y señala que este «no ha logrado cumplir los objetivos de población para el lobo rojo». El texto no contiene citas de ninguna investigación que respalde estas afirmaciones.
«El Comité alienta al Servicio a considerar la finalización del programa en el año fiscal 2018», concluye el informe.
En este momento, gracias a la destrucción del hábitat en los años ’60, solo quedan entre 45 y 60 lobos rojos en estado salvaje. Tuvieron que ser reintroducidos después de que un extenso programa de crianza lograra salvarlos de la extinción en 1987.
El sitio web del Servicio de Pesca y Fauna Silvestre (FWS) dice que los lobos rojos son «uno de los cánidos silvestres más amenazados del mundo» y que «actualmente, los esfuerzos de gestión adaptativa están progresando en la construcción de la población salvaje de lobos rojos en el noreste de Carolina del Norte».
A pesar de esto, la FWS de Carolina del Norte ha querido finalizar el programa de recuperación por varios años, por los motivos citados en el informe. Los propietarios de tierras y los cazadores generalmente respaldan las iniciativas que empujan a los lobos rojos a la extinción.
Pero la mayoría de los científicos y conservacionistas no están de acuerdo, y parece que el FWS los apoyaba hasta el reciente cambio de mando.
El objetivo original del programa era devolver 220 lobos rojos a la vida silvestre y es certero decir que aún no lo ha logrado. Una de las razones es que el mestizaje con los coyotes también amenaza con desbaratar el programa.
Sin embargo hay avances. Tal como las personas somos responsables de acabar con las especies, también es nuestra tarea reintroducir a los animales salvajes a su medio natural. Claramente, cancelar por completo los esfuerzos de recuperación y declarar a esta criatura extinguida, no se alinea con esta responsabilidad.
Pero el destino final del lobo rojo recae en las manos del subcomité del Senado, que se ocupa del Departamento del Interior y el Medio Ambiente. Tanto el subcomité como el Departamento del Interior están bajo el control republicano y es sabido que el Partido Republicano no suele ser particularmente partidario de la conservación o de la evidencia científica en general. Este intento de poner fin a los esfuerzos de conservación para salvar al lobo rojo es solo otra forma de retroceso en manos de los republicanos.
El Ciudadano, vía IFLScience