El ataque que sufrió una mujer siria, que entró a Chile como refugiada, mantiene inquietas a las 14 familias que se establecieron en el país. Un hombre chileno intentó quitarle su velo, provocándole una caída que habría derivado en la perdida de su bebé en gestación.
A raíz de esta agresión, cinco familias sirias que llegaron el pasado 12 de octubre decidieron que lo mejor para sus vidas era abandonar el país. Por lo mismo, llevan tres días protestando afuera de las oficinas de la ONU en Santiago.
Sin embargo, El Mercurio asegura que la mujer afectada por el ataque y su familia no se encuentran entre quienes demandan una salida de Chile.
Por otro lado, el acuerdo que firmaron para residir en el país en calidad de refugiados indica que “ni el Estado de Chile ni el programa de reasentamiento son responsables de cubrir los gastos que se produzcan en caso de que yo quisiera retornar a mi país o dejar Chile”.