Los trabajadores brasileños tuvieron que aceptar una reforma laboral más que cuestionada por locales como por extranjeros, ya que atrasa décadas en derechos laborales.
Sin embargo, de cara a una nueva modificación, en este caso previsional, la Central Única de los Trabajadores (CUT), Intersindical, la Central de los Trabajadores y Trabajadoras de Brasil (CTB), la Central de los Sindicatos Brasileños (CSB), Fuerza Sindical, Nueva Central, la Unión General de los Trabajadores (UGT) y la Central Sindical y Popular/Conlutas (CSP) anunciaron un paro nacional para el próximo 5 de diciembre.
En la región, sobre todo en el caso de Argentina con Mauricio Macri, un gran número de políticos y empresarios tomaron como ejemplo a Brasil y sus reformas para pedir que se realice algo similar en materia de derechos laborales y previsionales.
Sin embargo, pocos dicen que las principales centrales sindicales cariocas no están de acuerdo con estas medidas y anunciaron que el próximo 5 de diciembre habrá un paro nacional.
La reforma en Brasil tiene tres pilares: en principio aprobar la edad mínima, la norma de transición al nuevo sistema y la unificación de reglas de jubilación para los sectores público y privado.
En relación al primer punto se establecía que los trabajadores debían aportar 49 años para acceder al beneficio jubilatorio de mayor haber. De todas maneras, estos puntos fueron “aliviados” del texto original impulsado desde el gobierno de Michel Temer, pero aún hay una fuerte resistencia de las cúpulas sindicales.
Según se conoció, el proyecto que se tratará en el congreso el día 6 de diciembre prevé que deberán aportar 40 años para poder cobrar el total de la jubilación. Actualmente, los brasileños pueden acceder a la jubilación con 30 años de aportes y sin mínimo de edad requerido. Pero la idea de aumentar los años de aportes estaría basada en que los trabajadores postergaran la solicitud del beneficio para acceder a un mejor beneficio, informa El Instransigente.
Por otro lado, la propuesta es acompañada con una fuerte campaña de medios en que justifican la reforma en tanto combate los privilegios de empleados públicos que se jubilan antes y con haberes más altos. Lo cierto es que Temer planea negociar con los legisladores los recortes a los gastos de la política y la baja de impuestos en algunas actividades para ganar el favor de gobernadores, una medida muy similar a la que acaba de ocurrir con el pacto fiscal de Mauricio Macri en Argentina.
De todas maneras, la reforma del sistema previsional necesita del voto de los dos tercios del congreso, aunque en la previa al paro, anunciado para un día antes de su tratamiento en el parlamento carioca, un artículo publicado por el Presidente de la Central Única de Trabajadores Vagner Freitas, alertó que ‘si el Congreso se mete con las pensiones, Brasil va a parar’.
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