David Harvey en Chile: Los movimientos del capitalismo en la crisis global y la política de alternativas

Un claro y decidido David Harvey pudimos ver los asistentes a las conferencias que hizo el geógrafo inglés en Chile

David Harvey en Chile: Los movimientos del capitalismo en la crisis global y la política de alternativas

Autor: Director

Un claro y decidido David Harvey pudimos ver los asistentes a las conferencias que hizo el geógrafo inglés en Chile. No hicieron falta palabras rebuscadas ni un mar de datos contingentes para que Harvey fundamentara su diagnóstico acerca de la situación de crisis global y los movimientos sociales que se están apreciando a nivel mundial.

Comenzó recordando que su interés por la teoría marxista en el estudio urbanístico empezó cuando revisó a Engels en su texto “Contribución al problema de la vivienda” (1873) donde el alemán mostraba que los problemas habitacionales de las clases trabajadoras en Europa no lograban ser resueltas para la burguesía sino que lo que hace el capitalismo es “mover los problemas alrededor”. Surgía así la preocupación que lo ha tenido ocupado durante gran parte de su vida, al analizar espacialmente los movimientos del capital. Y es justamente uno de esos movimientos el que realiza el capitalismo en momentos de crisis, como lo mostró en su ejemplo de la crisis subprime de los años 2007-2008 donde el foco de la crisis se movió desde el mercado de viviendas al mercado financiero, luego al Estado y al sistema bancario, sin resolverse nunca realmente. Pero además de este movimiento de la crisis entre diferentes actores, también se da un movimiento espacial de la crisis, muy evidente con los procesos de globalización actuales donde veíamos sus consecuencias saltar desde Estados Unidos hacia España, Noruega, Islandia y China, entre otros.

Pero si logramos ver más allá de la aparente catástrofe generalizada de la crisis global vigente, David Harvey nos invita a ver sus reales impactos. Un ejemplo ilustrativo es que desde el periodo que se viene especulando sobre una nueva crisis, las propiedades de mayor avalúo en Nueva York no han disminuido su valor, sino que al contrario, lo han incrementado.

Efectivamente, para algunos multimillonarios globales una situación de crisis es un buen momento para comprar una propiedad. En definitiva, lo que Harvey nos menciona que es que la crisis ha sido utilizada en países como Estados Unidos y los que conforman la Unión Europea para mantener y mejorar la riqueza (y el poder) de las élites que lucran con la especulación financiera (aquella que Marx llamaba “Capital Ficticio”), mientras el resto de la población ve sus condiciones de vida empeorar en un contexto de política de austeridad presupuestaria del Estado que no va en rescate de la ciudadanía precarizada (cesante, sin vivienda, endeudada) con la excusa de no aumentar su deuda. Esto es lo que el autor llama de “Acumulación por Desposesión”.

En este escenario global, Harvey se refirió también a los movimientos sociales que han ocupado los espacios públicos de las ciudades y que vienen siendo la respuesta de la ciudadanía a la acción de las élites. Si bien se reconoce el valor de la lucha de los “indignados”, el geógrafo plantea el desafío de lograr pasar desde una “política de la resistencia” a una “política de las alternativas” que apunte a desarrollar propuestas para un cambio social que modifique nuestra relación con la naturaleza, el uso de la tecnología, la producción, la vida cotidiana y nuestras concepciones mentales. En este sentido, destacó que la lucha del movimiento estudiantil en Chile ha ido más allá de la indignación y va en la dirección de lograr alternativas.

En definitiva, la visita de David Harvey contribuyó a nutrir el panorama intelectual chileno, tan escaso de pensamiento crítico y autosilenciado por la necesidad de que el conocimiento tenga que ser instrumental e innovador (como está tan en boga). Resulta extraño en el entorno chileno escuchar a un académico que hable de revolución, socialismo o comunismo (esa última palabra sobre todo) y suena más raro aún que éste termine su intervención diciendo “yo creo en eso”.

Por Alexander Panez Pinto

Trabajador Social

Estudiante de Magíster en Urbanismo

 


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