Entrevista con el «nerudiano» Antonio Reynaldos: «Invertir dinero de la Fundación Neruda en empresas del pinochetista Ricardo Claro es una vergüenza»

Antonio Reynaldos (Santiago, 1951) presentó una querella jurídica contra Televisión Nacional de Chile, debido al plagio de las fotografías que él recuperó de Malva Marina Neruda


Autor: Mauricio San Cristóbal M.

Antonio Reynaldos (Santiago, 1951) presentó una querella jurídica contra Televisión Nacional de Chile, debido al plagio de las fotografías que él recuperó de Malva Marina Neruda. En TVN “deploraban el hecho y se excusaban por creer que la fotos eran de dominio público”, pero se niegan a cumplir sus obligaciones sobre el copyright, quedando al descubierto el negocio de la serie: Grandes chilenos. En entrevista con Clarín.cl Antonio Reynaldos nos habla de los años de pesquisas detrás de las fotografías de Malva Marina; las visitas al entorno tutelar de la única hija de Pablo Neruda; el simbólico tributo del poeta Marcos Ana ante el sepulcro en Gouda (Holanda); los líos legales para el divorcio entre Neruda y Maruca Hagenaar (edicto fechado en Cuernavaca/abril de 1942); finalmente, aborda “la malversación sistemática de la herencia de Neruda” por parte de Juan Agustín Figueroa. Reynaldos estudió Física en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile (1970-1972); después se inscribió en la Facultad de Arquitectura (1973-1975); de ahí pasó a la Facultad de Estudios Humanísticos (1978-1979). En 1986 levantó velas hacia Holanda y desde 1999 trabaja en el Tribunal Yugoslavia de Naciones Unidas, mientras tanto, intercala su investigación biográfica de índole nerudiana.

MC.- Antonio, ¿con qué derecho TVN utiliza las fotos de Malva Marina para la serie “Grandes chilenos” capítulo Neruda?

AR.- El hecho que TVN usara en su documental fotos de Malva Marina sobre las cuales hay derechos de autor me parece inaceptable, sobre todo para un medio del tamaño y peso del Canal de Televisión Nacional de Chile. Creo que hubo una decisión consciente de hacerlo, asumiendo que los titulares del copyright no iban a tomarse la molestia de presentar un reclamo.

MC.- ¿El raiting por encima de la poesía e ideología nerudiana?

AR.- El concepto mismo de “Grandes chilenos” es absurdo: elegir “el más grande” chileno, no importando época, ni actividad, es propio para un juego de mesa o revista del corazón. TVN creyó que con un programa así, mataba dos pájaros de un tiro: cumplir con su tarea de educación/difusión que le corresponde por ley y competir en el pobre mundo de la televisión chilena. El resultado es penoso: se convirtió en una guerrilla política entre “la izquierda” por promover candidatos de su lado y la derecha que no perdonó la exclusión de Pinochet y otros personajes “históricos”.

MC.- ¿Se aproxima una querella contra TVN & Manuel Basoalto?

AR.-Nuestros abogados han entablado una querella criminal contra TVN, por el uso ilegal de material fotográfico. En cuanto me enteré del uso de las fotos de Malva Marina en el documental, tomé contacto con el departamento legal del canal TVN, respondieron que: “deploraban el hecho y se excusaban por creer que la fotos eran de dominio público”. Varios intentos de nuestros abogados para llegar a un pago por los derechos de uso, terminaron en nada, así que sólo nos queda abierta la vía judicial. Esto es una producción directa de TVN (los otros episodios fueron encargados a productoras independientes), por lo tanto TVN tiene plena responsabilidad legal sobre el documental. Que un equipo de investigadores ignorara el origen de las fotos indican o una falta de profesionalismo o una manifiesta intención de mal uso y lucro.

MC.- ¿Cuál es el valor histórico de las fotografías inéditas de Malva Marina Neruda?

AR.- Durante casi 70 años lo único que se sabía Malva Marina eran un par de referencias al pasar; en una carta, Neruda describió a su hija como: “un ser perfectamente ridículo”; o recordemos el comentario de Vicente Aleixandre: “una criatura, a la que no se podía mirar sin dolor. Un montón de materia en desorden”. El darle a Malva un rostro e historia tuvo una importancia en la biografía de Neruda, saber que no era un ser monstruoso como parecían decir esas pocas referencias, saber cómo y con quién vivió sus últimos años, llena ese hueco que Neruda voluntariamente hizo en su vida.

MC.- ¿Cómo encontró a la familia Julsing? ¿qué relación afectiva tenían con Malva Marina Neruda?

AR.- El semanario Siete + 7 ya había publicado un artículo sobre la tumba de Malva Marina, yo sabía la existencia de la familia Julsing, pero mis esfuerzos de encontrarla habían sido en vano, hasta que Alejandra fajardo -de la revista Fibra- dio con el nombre de Fred Julsing en Internet. Lo ubiqué, viajé a verlo a su casa y lo primero que vi, al entrar en su salón, fue uno de esos típicos álbumes de fotos antiguas, abierto en las páginas donde se veía a Malva Marina y sus hermanos adoptivos, Fred uno de ellos.

MC.- ¿Qué le dijo la nana Neil Leys?

AR.- La señora Neil Leys, con todo y su avanzada su edad, recordaba claramente a Malva Marina y a la familia Julsing, fue su primer trabajo. Ella recordaba a Malva como una niña muy dulce, que a pesar de no hablar, ni poder valerse por sí misma, era cariñosa y despierta. Mencionó las visitas mensuales que Maruca Hagenaar hacía a su hija Malva; los Julsing la trataban como una hija más de la familia.

MC.- Háblenos de la visita que realizó al sepulcro de Malva Marina acompañado del poeta español Marcos Ana…

AR.- Marcos Ana tiene una larga amistad con Giny Klatser, ella fue quien descubrió la tumba de Malva en Gouda (Holanda). Cuando organizamos el primer homenaje en su tumba -en el 2005- por supuesto la invité y ella me dijo que tal vez pudiera venir Marcos Ana. Estaba yo hablando a los asistentes cuando lo veo acercarse entre las tumbas, fue algo emocionante. Recuerdo -siendo niño- haber visto en las murallas de mi barrio: “¡Libertad para Marcos Ana!” y lo tenía allí presente. Mas tarde conversando con él, me contaba su amistad con Rafael Alberti, con los poetas españoles que vivieron la guerra, de haber estado en la misma cárcel que Miguel Hernández. Ha sido uno de los momentos más reconfortantes en toda la investigación sobre la hija de Neruda y sin duda un día muy especial en mi vida.

MC.- Entrevisté en dos oportunidades al doctor David Schidlowsky, dígame ¿cuál fue la aportación de usted en el libro sobre Maruca Hagenaar?

AR.- Yo comencé esta investigación como una mera curiosidad personal y tuve la suerte de dar con información desconocida e importante. Un resultado del trabajo, es contar ahora con la amistad de David Schidlowsky, Bernardo Reyes y Abraham Quintana. No conozco aún el libro de David Schidlowsky –porque está escrito en alemán, idioma que yo no leo-, pero imagino que para él habrán sido importantes los hechos documentales, David es muy riguroso en todo y rechaza interpretaciones o suposiciones, sólo se remite a los hechos.

MC.- ¿Qué líos vivió Neruda para divorciarse de María Antonieta Hagenaar?

AR.- El principal conflicto fue -por supuesto- que en Chile hasta hace pocos años no existía el divorcio, su separación en México no era reconocida en Chile. Eso fue algo que González Videla utilizó para perseguir a Neruda, en enero de 1948 la Corte Suprema condena al Senador Neruda por injurias al presidente, además González Videla hizo venir -mediante la embajada en Holanda- a Maruca Hagenaar a Santiago de Chile en 1948. Con apoyo del gobierno, ella entabló una demanda de bigamia, que no prosperó, llegando a un acuerdo extrajudicial en 1954, luego del cual desaparece, hasta reaparecer públicamente en Bruselas en la exposición mundial de 1958.

MC.- Finalmente, murió el pinochetista Ricardo Claro, albacea que administraba 2.3 millones de USD del copyright nerudiano; con semejantes antecedentes ¿qué puede esperar de la Fundación Neruda?

AR.- Me parece que Juan Agustín Figueroa -a través de la Fundación Neruda- ha cometido una malversación sistemática de la herencia de Neruda, desde el punto de vista moral, pero también desde el punto de vista judicial. La voluntad de Neruda era crear una fundación de promoción de las ciencias y de las artes, no de fanatismo a su persona; una Fundación Cantalao administrada por un directorio representativo de la cultura y la sociedad. Por medio de la manipulación legal, Juan Agustín Figueroa ha convertido la Fundación Neruda en una empresa de marketing personal, que no ha realizado ninguna labor de significado en la cultura nacional. Invertir dinero de la Fundación Neruda en empresas del pinochetista Ricardo Claro es una vergüenza y me extraña el silencio con el que el mundo intelectual chileno ha dejado actuar a este personaje.

Mario Casasús


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