La admiración por un artista lleva a los fanáticos a hacer cosas impensadas, como tatuarse las caras de sus ídolos o viajar cientos de kilómetros sólo para verlos, sin embargo, hay otros fans que llevan su obsesión mucho más allá de los límites persiguiendo, acosando e incluso amenazando a quienes supuestamente admiran.
Claro ejemplo de lo anterior es lo que ocurrió con dos trágicas muertes en la historia de la música, las cuales afectaron a John Lennon y Selena. El primero fue asesinado por un hombre que planificó todo, pues quería pasar a la historia por matar a uno de los músicos más grandes de todos los tiempos y para eso le disparó en la espalda en 5 oportunidades, dando 4 de ellas justo en el ex Beatle. A la segunda también le dispararon, pero fue una fan que se convirtió en su socia y amiga, pero al no soportar desprenderse de la cantante y tras discutir, le disparó a las afueras de un hotel.
Y otra de las grandes artistas que estuvo a punto de sumarse a esta lamentable lista es Björk. La cantante islandesa casi recibió una bomba por parte de un hombre que optó por suicidarse a causa de la obsesión que sentía y la cual detonó mucho más luego de enterarse que la cantante tenía una relación con el músico Goldie.
Su nombre es Ricardo López y cuando tenía 21 años quiso atentar contra la vida de la persona que admiraba. Para eso, planeó su ‘venganza’ durante 8 meses, tiempo en el cual documentó todo, dejando casi 800 páginas de un diario y más de 18 horas de grabación, donde filmó el proceso de armado de la bomba y describiendo las razones que lo llevaron a cometer este acto.
López nació en Uruguay y se crió en Estados Unidos, era un hombre muy apegado a su madre y desde joven le diagnosticaron Síndrome de Klinefelter, el cual consiste en una mutación cromosómica que afecta algunas glándulas provocando ciertas dificultades para aprender. Además, son gente con tendencia a subir de peso, pueden tener más rasgos femeninos pues tienen dos cromosomas X. Otra de las afecciones de este padecimiento son un notorio desarrollo de los pechos y baja producción de testosterona, lo cual disminuye la libido sexual. Son propensos a sufrir trastornos emocionales, depresión, baja autoestima y ansiedad.
Ricardo siempre tuvo problemas para tener relaciones son las mujeres y por eso fantaseaba con ser artista y llegar a la fama. Cuando cumplió 18 años se transformó en una persona completamente antisocial; sólo se encerraba en su pieza a ver pornografía y a escribir en su diario, donde relataba sus pensamientos, su baja autoestima, hablaba de su peso y su sexualidad, sin embargo, desde 1993, Björk fue su tema principal a la hora de escribir.
De la artista lo conquistó su música que se alejaba de lo comercial, además de sus rasgos que le parecían completamente tiernos y sutiles. López se obsesionó tanto que sólo hablaba de ella con sus familiares y amigos, por lo que todos le recomendaron hacer una vida normal, pero él no estaba de acuerdo y escribió muchas cartas a Björk.
Su trastorno empeoró cuando se enteró de que la artista tenía una relación con el músico Goldie. De hecho, a partir de ese día comenzó a grabarse todos los días, parándose desnudo frente a la cámara y manifestando el descontento que sentía por su cuerpo y por su vida.
Entre enero y septiembre este hombre planificó todo para matar a la cantante y para eso empezó a construir una bomba que estaba llena de ácido sulfúrico la cual puso adentro de un libro. El 12 de septiembre de 1996 envió un paquete a la residencia de Björk en Londres y mientras la encomienda viajaba, Ricardo grabó su último video. Para ello se rapó y se pintó la cabeza de 3 colores distintos, luego se disparó en el paladar mientras de fondo sonaba la canción «I remember you».
Mientras el paquete iba camino a la casa de la artista, un trabajador de la limpieza sintió un mal olor llamando a las autoridades y encontrando el cuerpo sin vida de López en su habitación. Allí encontraron el diario y los videos con la grave amenaza de que una bomba iba camino a la casa de Björk.
Tras esto comenzó un fuerte despliegue de seguridad que terminó con el descubrimiento del paquete, por lo que detonaron la bomba en un lugar seguro antes de que llegara a su destino final.
Han pasado dos décadas desde este hecho y afortunadamente, Björk no se sumó a la lista de artistas que han muerto a causa de la obsesión de un «fanático».